24 noviembre, 2005

Buscando la fórmula

Mi casa es verdaderamente un gran quilombo.
Uno intenta abrir la puerta y ésta, a mitad de camino se traba con algo (barbie, bebote, autito, etc.), por lo cual hay que entrar de costadito y metiendo panza.
Habiendo franqueado el primer obstáculo, uno debe caminar por la galería mirando atentamente para no tropezar con mochilas o luncheras, ni resbalarse y pegarse un flor de golpe por haber pisoteado algún ladrillito.
Siguiendo el camino hacia el living, habrá que rezar para que las niñas no hayan bañado a Luli en su bañera musical, ya que de haberlo hecho, se tendrán que extremar las precauciones para evitar las caídas (cerámica + agua= romperse la crisma).
Si uno pudo sortear los mencionados inconvenientes y quiere tirarse un ratito en el sillón para descansar de tanta tensión, primero tendrá que despejarlo de dibujitos, cartas, ropita de muñecas y algún pote de serenito vacío. Idem si uno quiere sentarse a la mesa para tomar un café.
Ahora bien, si llega la hora de preparar la comida y uno tiene que encender el horno, primero deberá verificar que en la parrilla no se encuentre durmiendo la tortuga ni que dicha parrilla sea el escondite de los power de la cajita feliz (confieso que cociné un par de muñecos).
Ya en este punto, a mi particularmente, las tarlipes me llegan al subsuelo.
Empiezo las maniobras de persuasión para que guarden cada cosa en su lugar. De nada vale entonar la estúpida cancioncita del jardín, solamente funciona ahí. Tampoco sirve pedir por favor, proponer la actividad como un juego compartido, decir lo contenta que me voy a poner, dibujar una princesa triste por el desorden, emparentar el quilombo con las cucarachas (qué bajo he caído!) ni ponerme a los gritos. A veces me da resultado agarrar una bolsa de consorcio, la escoba y amenazar con que barro y se va todo a la basura.
Generalmente la cosa termina con ellas guardando un chiche (viste mami que ya guardé!!), y el resto en manos de Gustavo y mías.
Antes de dormir queda todo en su lugar y al otro día, en cinco minutos, otra vez el mismo quilombo.
Así que si alguien tiene la fórmula para que los chicos guarden sus cosas, porfi, chiflen. Se aceptan sugerencias por más drásticas que sean.

7 comentarios:

Una Pepina dijo...

Muy bueno "las tarlipes"
yo digo lo mismo.
Además agrego que tengo las bolas tan, pero tan chiquitas que se me llenan de nada.

Hijos+Juguetes = Kilombo Total.

Por lo que, o usás Sicología III (donde mueren las palabras y comienza la acción) o acomodás todo pacientemente hasta el día ESE en que te encuentren cruzada y... (ponele vos la imaginación, porque yo hice kaboooooommm y voló todo a la ... miércoles?)

No es de efecto duradero pero tiene alto poder residual.

Besos

JB dijo...

yo digo lo mismo de regalo todo pero no anda surtiendo mucho efecto, lo de que se llena de ratas también y todos los argumentos esgrimidos.

no me funciona ninguno. simón guarda uno y considera que fue más que suficiente. así que sí, termino guardando todo yo queriéndome matar pero tomándolo a esta altura como algo inevitable.

Guzamadour dijo...

¿Y si destinan un lugar de la casa como el rinconcito del desorden, y fuera de ese lugar el resto tiene que quedar acomodado?

Gragry dijo...

Vivo en un depto de 3 ambientes. Con comedor grande que es la sede de los juegos de los chicos. Grandes pistas para carreras de autos, Cartas de Yu ghi oh, Pokémon, Mitos y Leyendas.
Tengo que caminar cuidando de no pisar nada.

Y sí, un día me broté mal. Y salió un magnífico discurso de 20 minutos sobre la cultura piquetera, los derechos de unos por encima de los derechos de otros y qué sé yo qué más. Impresioné hasta a los vecinos que escuchaban la arenga.
Finalmente acordamos que pueden jugar, siempre y cuando respeten los pasos o caminos a la cocina, la compu, las piezas. Eso les da bastante área de juego y calma también los ánimos ;)
Y juntar, juntan, con esfuerzo, gritos, pero juntan.

Rain dijo...

Cuando amenazan y no cumplen, debo decirles que a nosotros, los hijos, nos da una especie de placer.
Con nosotros (mi hermana mayor y yo) mi madre era muy drastica, no así con mi hermana menor, que ya los agarró cansados a ambos y hace y deshace a placer.
Sin embarego las veces en que ese caos sobrepasaba mi paciencia de monje tibetano, yo no decia nada salvo "cuento hasta diez, y si no levantaste/acomodaste/ordenaste todo te juro (enfatizando y señalando con el dedo) levanto todo y lo hago desaparecer!" al principio no me dió bola, pero una vez me vio juntar todos y cada uno de sus juguetes sin decirle ni pedirle nada, meterlos en una bolsa y desaparecer con ellos, ahí la cosa cambió. A los dos días se los devolví.
Mi hermanita siguió siendo la misma despelotada y feliz niña que tomaba como campo de juego TODA la casa, pero cuando repetía la misma frase acomodaba rapidamente.
Otra variante que implemente es la del Sr. Escoba: "Yo tengo que barrer, si tus cosas están en el piso, van a la basura ¿Ok?" Cuando me vio tirar una muñequita, despues de llorar que no podía tirarsela, que yo le explicara que le habia avisado, y que tenia cinco minutos para levantar lo que no queria que fuera a la basura, mi hermanita acomodó sus cosas.
El tip del día: Los gritos no funcionan con estas tacticas, hay que decirlo lo mas serenamente posible, explicandolo clara y concisamente.
Si, creo que para mi hermana mas pequeña y para mi es raro esto de ser Hermano mayor y a veces Padre... pero alguien tenia que hacer algo. Aunque ese es un tema para otro cafe no?

Anónimo dijo...

Eso del desparramo de jueguitos empieza temprano, eh? Bianca desde que nació que está desparramando chiches por todos lados. El padre le hizo un corralito gigante y ahí tiramos todos los chiches, pero por supuesto ella sigue sacándolos y tirándolos afuera. Y encima hay gente que viene con más chiches o cajitas viejas o revistas o lo que sea "para que la nena juegue"... yo trato de que no se me note la cara de "Si no te sirve en tu casa no uses la pieza de mi hija de basurero!!"

Verónica Sukaczer dijo...

¿No es increíble que en la genética materna exista un gen que nos obliga a decir: "si no juntás, va a la basura"? ¿Y que en todas funcione de maravillas? Yo soy asquerosamente ordenada,y creo que algo -un poquito- le he pasado a mis hijos. Pero no hay caso, los juguetes se reproducen por ósmosis en cuanto te das vuelta. Y mejor ni hablar de cuando viene un amiguito y quiere descubrir todo lo que hay en mi casa. Así que los pasos que sigo son:
1) pedir amablemente que junten.
2) decir que juntamos entre todos.
3) levantar la voz
4) gritar
5) amenazar con que regalo todos los juguetes a los chicos que no tienen
6) ponerme a ordenar solita.