20 febrero, 2007

SOY MADRE DE DOS MÁS

Cada vez que me da el ataque del tercero, como lo llamo, mi santa madre me sugiere que me compre un perro, más cariñoso y mejor compañía. El ataque del tercero aparece en general cuando una amiga tiene un bebé, y con mayor fuerza si lo sostengo. No pasa lo mismo con los deambuladores, por ejemplo, que me hinchan las bolas, y a quienes jamás sonrío para que no me crean amigable.
Bien, en momentos en que los míos de 8 y casi 6 están experimentando alguna transformación psicótica, y de verdad están insoportables, y porque a pesar de que mi mente a veces fantasea con el tercero mis entrañas me dicen que no, he adoptado otros dos.
Con la excusa de que, espero, ayuden a los biológicos míos a calmarse un poco y entender la palabra responsabilidad. También porque me encantan y mi mamá nunca me lo había permitido. Así que ya está. Están en casa. ¡Y son tan hermosos! Tienen cinco semanas de vida y son dulces, increíblemente simpáticos, inquietos, inteligentes, vivaces. Uno muerde un poco.
No son perros. A los perros hay que sacarlos a pasear llueva o truene. Mucho trabajo y mucho dinero.
No son gatos. Soy alérgica. A los cinco minutos me empieza a picar la cara. A los diez me pongo afónica. Luego empiezo a toser y estornudar y hay que tener el decadrón a mano por las dudas.
Lito se ha dormido y parece un ángel, todo blanco. Toti está aún jugando, es siamés. Los veo a ellos y me digo que así tendrían que vivir y ser mis niños. Todo el día en una jaula de vidrio, con comida y agua a gusto, un baño y una ruedita. No joden. No llaman. No dicen comprame. No tienen olor. No van al médico. No se vacunan. No se quejan de las condiciones existentes. Se pelean poco, justamente porque son hermanos. Yo los levanto y los acaricio. Me preocupo por su alimentación y limpieza de su entorno. A la hora de limpiar su jaula, los paso a una caja de cartón y no dicen nada. No miran TV. No usan ropa ni se ponen tres semanas seguidas esa remera de los Simpson. No insultan. Duermen cuando lo necesitan y juegan cuando quieran. No vienen a decirme que están aburridos.
Son jerbos. Están en casa.

14 febrero, 2007

Feliz San Valentín

Hay muchos tipos de amor y el que siento por mis niños no es poca cosa.
Os deseo a todas las que sois mamis, a las que quereis serlo, a las que no, a las que quizá, a las que ya veremos: mucho, mucho amor.