26 junio, 2006

La colcha

Me crié viendo a mi abuela tejer las aplicaciones para esas colchas que hoy, remodeladas y unidas, cubren la cama de mi hijo. Tejedora de toda la vida, había acumulado incontables ovillitos de lana de colores, que un día comenzó a transformar en aplicaciones de crochet para dos colchas, que cubrirían sus camas gemelas de su cuarto de viuda que aún conservaba. Aprendí a tejer ayudándola, o molestándola, no sé.
Si sé que tardó años en completar la obra, y que luego fue enorme también el esfuerzo para planchar y unir cuadradito a cuadradito, hasta tenerlas al fin prontas, cerca ya del fin de su vida. Siempre siguieron dando vueltas por la casa de mi madre, a veces cuidadas, a veces semi abandonadas.
Hace unos años le pedí a mi madre, que ya es una abuela vieja y achacosa, que me las rescatara. Que las transformara en una gran colcha de dos plazas para mi cama, querías volver a verlas lucirse, les guardo cariño. La veterana asumió la tarea, las remendó, rehizo los bordes.
La instalé en mi cama y algo comenté a mi hijo chico, Juan, sobre su origen y los más de treinta años que tenía. Desde ese momento comenzó cada tanto a pedírmela.
Me resistí un tiempo, pero este invierno no la había puesto, todavía, en uso: un acolchado moderno y mullido se resistía a compartir la cama con ella.
Anoche Juan, con sus catorce años y su adolescencia a semi instalar, se subió a algo y se apropió de la colcha. Me llamó desde su cuarto, metido en la cama, libro en mano, cara triunfante
- Mirá, vos no la usás, me la traje, y si la cama la tendés vós que quede arriba del todo, así la veo.
Lo vi rodeado por ese mar de aplicaciones de crochet y notó mi emoción. Me veía a mi misma entre ellas, veía a mi abuela, veía mi infancia ya lejana.
-Qué te pasa?, preguntó
-Nada, me gusta verte con la colcha, me trae muchos recuerdos, mi abuela seguro nunca pensó que un hijo mío la usaría, me emociona verte tapado con ella.
Juan se inclinó y le dio un beso rápido a la colcha, me sonrió y me tiró, de lejos, sin olvidar su distancia de adolescente en ciernes, otro beso a mí.
Todavía a veces siento con él esa conexión casi mágica.

14 junio, 2006

teología cromática

Llegando en taxi a la escuela (¿hace falta aclarar que tarde?)

Madre: —Siempre cuando estoy a punto de salir me doy cuenta que me falta algo...

Niño: —Viste. Al final siempre se sufre. En los partidos de fútbol, en casa, siempre cuando estás a punto de terminar, sufrís.

Taxista: —Pero cómo ¿vos sufriste con el partido? Si ganamos cómodos...

Niño: —Ganamos porque Dios es argentino. (Ostensible carcajada de la Madre.) ¡Claro, si donde él vive el cielo es celeste y las nubes son blancas!

Madre: —Ah, por eso

Niño: —Y también es de Boca. Porque el cielo es azul y el sol amarillo

01 junio, 2006

BEBÉS EN CUOTAS

En el suplemento del Mundial, que salió en el Clarín de hoy, había una publicidad a página entera que me dejó llena de dudas.

Decía: "Sólo pagás si lográs el embarazo (consultar condiciones en Fecunditas). Facilidades hasta en 24 cuotas. Tarjeta de crédito. Fecunditas"

Primera cuestión, ¿por qué una publicidad destinada a las mujeres en el suplemento del Mundial, que difícilmente muchas lean? ¿Sería posible que esta empresa médica esté jugando con los sentimientos masculinos durante el Mundial? Veamos un ejemplo: ella quiere quedar embarazada y no logra. El marido, hasta ahora, no se ha preocupado mucho por el tema. Pero viene el Mundial y quiere disfrutarlo tranquilo, tener la TV a su disposición y, de ser posible, no ser interrumpido por consultas femeninas, ni hacer el amor en los horarios de los partidos. Entonces: él sabe que lo suyo sólo lleva unos minutos, un par de videos XXX, y un frasquito. Veinte minutos de trabajo para varios meses de tranquilidad. Vale la pena. Ella será la que tenga que ir a las consultas, inyectarse las hormonas, hacer las fertilizaciones. Ella es la que tiene un óvulo por mes, él puede ocuparse de lo suyo en cualquier momento.
"¡Mi amor!, vení. Me decidí. Vamos a hacer el bebé. Vos andá pidiendo el turno, que no se superponga con ningún partido, y te prometo que por las próximas semanas te dejo tranquilísima para que te ocupes del asunto".

Segunda cuestión: como se paga solamente si se logra el embarazo, ¿no puede ser que, inconcientemente, la mujer se boicotee a sí misma, y no logre embarazarse para no pagar, ya que todas llevamos un registro genético que dice: "mejor barato. Regalado lo que sea".

Si lográs quedar embarazada, pero lo perdés dentro del primer trimestre, como sucede con uno de cada tres embarazos, ¿se paga igual?
Claro, son vivos, ahí está la trampa: dice "embarazo", no dice "neonato".
Pero insisto; si lo perdés, que nos ha pasado a tantas, ¿te dan otras dos chances por el mismo precio?

Si una empezó a pagar, tiene el bebé, y luego se arrepiente porque este llora mucho, y como todavía no llegó a pagar ni 15 cuotas, ¿se puede dejar de pagar?

Si una queda embarazada de mellizos, ¿son igual 24 cuotas ó 48? Y con trillizos, ¿habrá descuento?

La empresa, ¿tiene convenio de descuento con alguna tarjeta de crédito? Porque por ejemplo mi tarjeta de crédito me hace descuento los domingos en nafta. ¿Habrá una tarjeta que descuente el 20% si el embarazo se logra un día martes?

En las condiciones de Fecunditas, ¿se acepta cualquier tipo de embarazo y cualquier tipo de bebé? Digo yo, si se produce un embarazo ectópico, ¿igual se considera embarazo y hay que pagar las 24 cuotas aunque no se pueda tener un bebé? Y si la pipeta con la que se hizo la fecundación estaba sucia, y una tiene un bebé de otra raza, ¿también se paga, o podés quedarte con el bebé pero te devuelven las cuotas?

Ahora... si el parto resulta dificultoso, ¿se paga lo mismo? En las 24 cuotas, ¿está incluído el parto o hay que pagarlo aparte? Y el plan que elijas para pagar el parto, ¿tiene que ver con que te pongan peridural o te hagan episiotomía, o no?

Y si una se arrepiente antes de lograr el embarazo y pide la restitución del dinero, con lo difícil que es eso cuando se paga en cuotas, y te dicen que no, que las cuotas igual se seguirán debitando, ¿podés pedir que por ese precio te den, por ejemplo, una TV de plasma?

Y si una no tiene tarjeta de crédito, y por ejemplo lleva a una buena amiga el día de pago, para que le preste la tarjeta y firme, ¿el embarazo lo debe lograr la amiga o puede seguir intentándolo la que hizo la primera consulta?

Y lo más importante, las cuotas, ¿tienen interés? Porque con interés deberían incluir al menos un moisés y un cochecito, digo yo...

¿Y si una paga las 24 cuotas y justo hay otro corralito, o quiebra, o simplemente se queda sin plata, tiene que interrumpir el embarazo o devolver al bebé?

¿Y si se larga la inflación, se respetan los montos de las 24 cuotas, o te ofrecen otro embarazo a los dos años, a mitad de precio, para compensar el aumento?

Y si se paga en efectivo, ¿hay descuento? ¿Te ofrecen un embarazo de la misma calidad?

¿Se aceptarán planes de pago con la sola entrega del documento de identidad, o temerán que una vez embarazada te largues y no vuelvas más?

Qué quieren que les diga... me resultó muy complicado.