04 julio, 2007

Y si volvieran las "amas de leche"?

Podría escribir horas sobre la lactancia. Pero voy a tratar de hacer foco en lo que quiero decir.
Cuando estaba embarazada soñaba con amamantar a mi hijo en forma exclusiva, el mayor tiempo que fuera posible. Me imaginaba en la oficina con el sacaleche, almacenando tarritos en la heladera y yendo por la vida cual tambo ambulante. Me fui a parir y ni siquiera había comprado un chupete. Menos que menos una mamadera. Mi hijo nació, se prendió a la teta como si supiera y ambos fuimos felices durante 1 semana. No me agrieté, no me dolió...no sufrí ni tuve que esforzarme. Pero, algo pasaba. Mi bebé lloraba. Si no mamaba, lloraba. Yo pensaba que una vez que terminaba (y pasaba dos horas comiendo) podía quedarse un rato pancho, o dormirse. Pero no, a los 10 minutos lloraba tan desconsoladamente que tenía que ponérmelo al pecho de vuelta. Llamé a la Liga de la Leche, o Fundalam (no me acuerdo ya) y me hicieron sentir pésimamente culpable. Que amamantar "era así". Que le diera a "libre demanda". Cuando les dije que "libre demanda" era ser la Difunta Correa viviente, por lo cual no podía comer, ir al baño, higienizarme, tomar agua (ni hablar de dormir) me contestaron que tenía que pensar que para ese bebé yo era todo lo que había en el mundo, y que evaluara si estaba dispuesta a hacer el sacrificio.
Un día lloró desde que se levantó hasta las 10 de la noche. Ahí llamé a la pediatra...y cometí el sacrilegio: le di una mamadera.
Me la pasé leyendo en internet lo mal que estaba lo que había hecho. Que el estómago de los bebes no estaba preparado para digerir la leche de vaca (que era poco menos que un veneno). Que obviamente despues de comer se duerme, porque la ingesta de leche de fórmula para un recién nacido equivale mas o menos a que nosotros adultos nos clavemos un lechón entero y un guiso de mondongo. Que si amamantás prevenís la muerte súbita (imaginen la lectura que hace de esto una madre mientras culposamente le da una mamadera a su hijo recién nacido). Que todas las mujeres podemos amamantar, incluso las madres adoptivas. Que solo era cuestión de esfuerzo, sacrificio y una fuerza de voluntad (que evidentemente a mí me faltaba, porque si no me hubiese ido mejor).
Cada día que pasaba me sentía mas chota. Pero por otra parte, yo veía a mi hijo contento. Estaba menos tenso. Y yo también. De todos modos, hice lactancia mixta hasta los 4 meses, pero como suele pasar en estos casos un día me quedé sin leche y eso fue toda mi experiencia con la teta.
Ayer estaba acá, en mi casa, y se me ocurrió preguntar en un foro de internet (especialmente a aquellas madres que defienden a ultranza los beneficios de la leche materna en detrimento de la fórmula): si por X motivo no pudieran amamantar más a sus hijos, estarían dispuestas a que otra mujer los haga por ustedes? Inesperadamente(o no) la respuesta fue que NI LOCAS. Que no soportarían ver a sus bebés prendidos a la teta de otra. Ojo, a mí tampoco me gustaría...pero confieso que no me sorprendió la respuesta.
Mi humilde conclusión fue (y seguro que con esto me gano alguna enemiga) la siguiente: Defendemos la lactancia materna fundamentando que la leche materna es lo mejor para los bebés y que el sistema digestivo de nuestros hijos no está preparado para consumir leche de vaca...siempre y cuando la teta sea la nuestra. Si tuviéramos que recurrir a que otra mujer lo amamante preferiríamos darle fórmula aunque la consideremos poco apta, con tal de no verlo prendido del pecho de otra. Amamantar te da poder, genera esa dependencia de ese hijo hacia esa madre que no estamos dispuestas a delegar. Amamantar es un orgullo...pero a veces también las mujeres lo exhiben como un trofeo.
En el título del post está el link hacia el mensaje del foro. Si quieren pasar a ver, están invitados. Saludos.

03 julio, 2007

Y DEL ABORTO, ¿CUÁNDO HABLAMOS?

Desde el día en que inicié este blog estuve esperando que alguien iniciara el debate, pero no sucedió. Así que lanzo la primera piedra sin esconder la mano. Vamos a hablar del aborto. ¿Y por qué ahora? Porque me moviliza que Gabriela Michetti, próxima vicejefa del gobierno de la Ciudad, es una activa militante de la derecha católica, cuyo confesor o guía espiritual es Monseñor Bergoglio. No hace falta decir lo que opina sobre el aborto. Y pienso entonces que todos los últimos avances que se han logrado a favor de la despenalización del aborto (la aceptación cabal de la ley que permite abortar a mujeres violadas, con discapacidad mental, etc. La distribución gratuita de anticonceptivos y la pastilla del día después, las ideas del ministro Ginés), ahora van a encontrar una fuerte resistencia en la Ciudad. Y lo único que va a salir de todo esto, es que las mujeres sigan muriendo por culpa de abortos mal practicados. Que alguien que se considera superior moralmente decida sobre mi cuerpo, y que además se obligue a toda la población a vivir según ideas religiosas que muchos no compartimos.
Yo estoy a favor de la despenalización del aborto. Eso no quiere decir en absoluto que esté a favor del aborto. Abortar es un trauma. Es doloroso, física y mentalmente. Tomar la decisión de abortar te acompaña el resto de tu vida. Nadie aborta por gusto. Nadie que sepa utilizar un método anticonceptivo y tenga acceso a ellos aborta porque sea más fácil que usar un forro. Y en caso de que falle la anticoncepción, nadie aborta porque esté de moda. Abortar es tal vez la decisión más díficil que una mujer deba tomar en su vida. Se aborta con el alma quebrada. Se aborta porque no queda ninguna otra opción. Se aborta porque sólo la mujer embarazada tiene el derecho de decidir qué hacer con su cuerpo, y con ese embrión que depende de ella para existir.
Traer al mundo a un hijo es algo tan grande, tan maravilloso, que implica tanta responsabilidad, madurez y cuidado, que sólo puede y debe hacerlo una madre que ama y desea a ese hijo. O una mujer que ha tomado la decisión de seguir adelante con ese embarazo para darle ese niño a otra familia.
Pero no podemos obligar a que niñas, adolescentes, violadas, maltratadas, discapacitadas mentales, madres de familia numerosa, mujeres que no tienen hogar, dinero, o simplemente no desean tener hijos, se conviertan en simples contenedores de niños no queridos. Porque nunca, ninguno de esos hombres religiosos que se flagelan en contra del aborto, se ha hecho cargo de una de esas vidas.
No voy a darle vueltas a un tema que tiene demasiadas vueltas. Cada persona sabe qué es lo que opina sobre el aborto, y por qué. Lo cierto es que sigue habiendo abortos, siguen muriendo mujeres, y muchos se siguen rasgando las vestiduras por una realidad que no los toca. Porque además todos sabemos que la gente de clase alta e iglesia los domingos aborta tanto como los pobres, pero lo hacen en clínicas privadas en las condiciones necesarias, y luego se envuelven en sus abrigos importados y regresan a la marcha en contra de algo.
Vivimos en un país de contradicciones. Se sabe que en aquellos lugares en donde existe una ley que permite abortar, y se acompaña a las mujeres en el proceso (además de contar con buenos programas de educación sexual), las mujeres abortan menos. Aquí no. Aquí asusta el sexo y el aborto más que la muerte y los niños sin futuro.
Yo creo que el día que en una sociedad cada persona sea dueña de su destino y sus decisiones, viviremos por fin en esa sociedad con la que todos soñamos.

Yo tuve un aborto espontáneo que necesitó de un raspado uterino hace diez años. Era un embarazo deseado.

02 julio, 2007

El Tío Pancho era real

Todas las mañanas escucho el programa de Vernaci en la Rock & Pop. Es guasa, gritona, insoportable, pero a mí me divierte horrores. Siempre alrededor de las 8 AM viene el Tío Pancho. El Tío Pancho es un personaje inventado que canta canciones infantiles clásicas pero versionadas con humor negrísimo o guarangas. Por ejemplo, en vez de "la Mona Jacinta se ha puesto una cinta" es "la Mona Jacinta parece que está encinta, es madre soltera.." etc etc. Siempre algún protagonista de la canción muere, se putea con otros, tiene accidentes fatales o sufre alguna consecuencia tremenda.
La gente llama quejándose, diciendo que la corten de reírse de cosas tan feas, que las letras son macabras, que basta, que escuchan los chicos, que son unos bestias, que esto y que lo otro. Y esta mañana estaba pensando: acaso las canciones y los cuentos con los que nos criamos los que hoy tenemos entre 30 y 40 años, no eran totalmente TERRIBLES???
Por ejemplo:
La canción de Pinocho: Al viejo hospital de los muñecos / llegó el pobre Pinocho malherido / porque un cruel espantapájaros bandido / lo sorprendió durmiendo y lo atacó.
La famosa "tortita de manteca para mamá que da la teta / tortita de cebada para papá que no da nada" Pobre papá, haciéndolo quedar como un inútil desde nuestros inocentes 2 o 3 años de edad.
La siniestra juguemos en el bosque mientras el lobo no está
Los cuentos...el de Hansel y Gretel, donde el padre abandonaba a sus hijos en el bosque porque no podía darles de comer!!!! Cenicienta, maltratada y humillada por sus hermanastras, hija de un padre pollerudo y débil que no movía un dedo para defenderla. Blancanieves, víctima de la envidia desmesurada de otra mujer mayor que le competía en belleza (se nota que lo escribieron hace como 200 años, porque si fuese ahora la reina directamente se hacía de nuevo en el quirófano y Blancanieves se ahorraba de dormir tanto). El Patito Feo, total y absolutamente discriminado desde que nació, recién fue socialmente aceptado cuando se volvió cisne, y el muy resentido les refregó su hermosura a todos como diciendo "tomá! Acá tenés, turro, ahora no te pienso dar ni bola hijo de puta"
Y tantos más que ahora no me acuerdo. La verdad, me quedo con el Tío Pancho. Por lo menos se sabe que las canciones son en joda.