06 abril, 2007

Nos vemos por acá

Buenas tardes. Soy Verónica, alias Verte en los blogs, 36 años, madre reciente y primeriza de Ramiro de 4 meses. Tengo exactamente 40 minutos para escribir un post coherente, legible y si no es mucho pedir también entretenido, ya que esta es la duración exacta de las siestas de mi hijo. Ni 38 ni 43: 40 minutos religiosos, por lo cual y teniendo en cuenta de que acaba de caer siendo las 15:02 en el reloj de mi cocina, para las 15:42 deberé haber terminado, releído, hecho preview, corregido y publicado. Encima es mi primer post en tan distinguido blog, al que ingreso despues de aprobar el riguroso casting de la Sra también Verónica pero Sukaczer (a quien, segun acordamos previamente, cedo el privilegio de utilizar su nombre de pila) por lo cual la presión es aún mayor. Voy bien, son 15:07.
Ramiro nació en noviembre, a las apuradas. No obstante, lo buscamos durante 2 años. Para esta misma fecha pero en 2006 me estaba enterando de que estaba embarazada (acaba de pasar mi marido reprochandome "despues no me digas que no estás todo el dia con la computadora"...ufff. El señor vio el tenis, toda la mañana y hasta recién...pero se ve que el partido ya terminó y no sabe que coños hacer) Retomo: no fue un embarazo espontáneo, fue mas bien una lucha contra algo que nadie elige, que es ser infértil. Pero bueno, por suerte todo salió mejor de lo que esperábamos y nuestro tercer intento nos sorprendió con una beta de 193.
No me lo creí hasta que nació. Iba a las ecografías y veía la pantalla como mirando un documental de la National Geographic. Esa silueta que se movía en blanco y negro, ese bebe que bostezaba y manoteaba todo desde la 4 D era mi hijo, y ya era igual que ahora: inquieto, alerta y con los ojos como el 2 de oros.
Cuando lo sacaron y me lo mostraron fue lo más. Cuando estuve internada lo miraba y decía: tendría 50 hijos más mañana mismo si pudiera. Cuando llegué a casa me acompaño mi mamá la primera semana. Fue increíble.
A la siguiente, mi mama se tuvo que ir a trabajar y me quede sola. No quiero decir que me quise matar porque es muy fuerte para una primera leída, pero cualquier madre sabe lo que es el puerperio y no necesita que se lo expliquen en detalle. Mi hijo no dormía. De noche sí, pero la siesta jamás. Cuando podía, leía en internet "cuanto duermen los bebes?" y veía que un recién nacido lo hacía unas 20 horas entre el día y la noche y pensaba: por favor que alguien le avise al mío. El dormía alrededor de 12: 8 de noche (cortadas) y 4 de dia, de a ratitos, como los perros.
Mi hijo lloraba. Si tomaba la teta no. Si lo soltaba lloraba. Mi hijo tenía gases. Tenía todo lo que nadie te dice: que la maternidad es fantástica es un hecho, si no valdría la pena el esfuerzo, pero lo otro, lo políticamente incorrecto, lo que "queda mal decir" todos te lo ocultan.
Puta, ya son y 32. Me dispersé y ahora no sé como seguir. A ver...llegué a ser madre con la idea de "comen y duermen" para descubrir que el mío no aplica a esta simple regla. Comer come, eso sí, de lo lindo. De noche es un rey, y de día se aburre. Tiene cuatro meses y ya se aburre. Quiere estar sentado solo y no puede. Quiere agarrar chiches pesados y se le caen. Se enoja con el gimnasio porque los muñequitos están pegados y él quiere metérselos en la boca. Igual yo lo dejo, pobre hijo. Tiene que aprender que cada cosa viene a su tiempo y que no todo es fácil de obtener en esta vida.
Y ya está moviendo las patitas, me rec...y ni siquiera releí lo que estoy escribiendo. Seguro seguro que el post es un desastre. Prometo mas consistencia en los próximos, es que esto de escribir en tiempo real no me está funcionando. Pero bueno, es así. Sarna con gusto no pica. Los tengo que dejar (suerte para los lectores, je). Las próximas entregas tendrán mejor calidad literaria, lo juro. Un beso.

5 comentarios:

Gragry dijo...

¡40 minutos! ¡Qué no hubiera dado yo por eso cuando nació Pato! ¡Si hasta fuí al pediatra con una planilla excel con las minisiestas de mi hijo rigurosamente medidas y tabuladas para que el muy vivo de Emilio me dijera "no te preocupes, duerme lo necesario! ¡Pero yo no dormía lo necesario, ni me podía bañar, ni cagar, ni hablar por teléfono ni nada! ¡Parecía la Difunta Correa, todo el día echada y con el pibe en la teta!

Con los hermanos fue más o menos diferente, Martu dormía más porque estuvo su primera semana de vida en Neonatología y tuvo a las enfermeras que le inculcaron un horario... Y Tomi, bueno, él era el tercero y aprendió a esperar porque siempre había otro en la cola.
Cada uno me agarró en diferente momento personal, familiar y profesional, eso marcó sus crianzas.

Bueno, esta es mi manera de decirte bienvenida. Así, compartiendo recuerdos y enhebrando experiencias es como aprendemos ¿no te parece?

Alfonsina dijo...

Que bueno leerte por aca tambien!!! Siempre es muy divertido hacerlo.
Un beso grande

Barbi dijo...

A riesgo de sonar feo.. 40 minutos! uau! para mi eran un lujo (no quiero llorar) pero con mis gemelos si tenia 30 minutos entre teta y teta era feliz!
y el puerperio.. venia mi marido pobre y yo lloraba y lloraba! que tiempos felices aquellos!
Ahora un aliciente: como todo con el tiempo pasa! llega un momento y no te das cuenta como, te bañas! tenes tiempo para cagar en el baño (cuando note abren la puerta) y hasta salis de casa y das una vuelta sin culpa!
besos

Verte dijo...

Gracias chicas...por la bienvenida y por las experiencias (me siento menos sola, ja!)

Verónica Sukaczer dijo...

¡Bienvenida Verte! Gracias por dejarme el Verónica :-).
Espero seguir disfrutando de tus cuarenta minutos. Yo recuerdo hamacarlo a lo loco y gritarle: "¡dormite, dormite!", a la hora de la siesta, ya en plan de desesperación. Y cuando fueron dos (uno recién nacido, otro de dos años y medio), los acostaba conmigo en la cama grande, y el que no quería dormir la siesta miraba los Teletubbies sin chistar.
Cariños
P.D: la etiqueta de cada post es el nombre del autor.