17 abril, 2007

HOLA

Karina- 33 años, madre, esposa, y miles de etcéteras.
Tengo dos soles, Francisco de 5 años y medio y Lucía de 2 y medio.

El día que me enteré que estaba embarazada, me cambió la vida, de una forma que nunca imaginé, lindo muy lindo y a veces demasiado.

Por momentos me encantaría poder donarlos un ratito. Tener 5 minutos para bañarme sin que nadie entre, pintarme las uñas de corrido, mirar tele sin ruido, conversar sin que nadie me interrumpa, depilarme sin ponerle cera en la cabeza a ninguno de los dos...

Muchas veces siento que vivo la vida de otro, me levanto temprano, hago bici, me baño, los levanto, llevó al más grande al jardín, vuelvo y dejó a la nena en casa, voy a trabajar, salgo a las 6 y cuando no tengo que ir a buscarlos a circo, basquet o gimansia me enchufan un cumpleaños, ir a casa cocinar, esperar al quetejedi para cenar, juntar todo y obvio tirarme de panza (no cabeza) en la cama.

Creo que para la mayoría no debe ser ninguna novedad lo que estoy diciendo, pero esta es mi oportunidad y mi espacio para hacer catarsis sin que nadie me mire como un bicho raro.

Y justo en los momentos en los que siento que la vida me pasa por arriba, me acuerdo de las manitos calentitas tocandome la cara, los besos mojados, los abrazos y tantas cosas gratificantes que tiene la maternidad

2 comentarios:

Gragry dijo...

Bienvenida, Kari.
Y, sí, hay que hacer catarsis. Hay que poder llorar a los gritos el "no me aguanto más". Todos sabemos que es duro y muy gratificante. No siempre las dos cosas a la vez.

De todos modos te envidio, como envidio a todas las madres que aún se pintan las uñas, van a la peluqueria y tienen un tiempito para ellas. Yo eso lo abandoné hace tiempo. Antes de ir a la peluquería me junto con amigos a tomar mate y hablar de libros ;) Así cargo las pilas.

Anónimo dijo...

Haga catarsis con confianza, que aca estamos para escucharla.