02 enero, 2006

LECCIÓN DE VIDA

Me encanta cuando la vida les ofrece una verdadera lección a mis hijos. Yo no soy de las madres que dicen "te vas a caer", yo digo: "probá, y si te caés, es que todavía no estabas listo para eso". Yo no les prohíbo treparse a lo que fuera, pero no los ayudo. Considero que si no pueden hacerlo solos, entonces no pueden hacerlo. Por eso el 31 a la noche, cuando yo les dije que íbamos a mirar los fuegos artificiales de lejos, y ellos no me hicieron caso, y yo repetí y grité un poco (yo siempre grito) y ellos igual se acercaron, no sin antes hacerme un gesto desafiante, me pareció bastante justo que varios de los fuegos vinieran fallados (no eran nuestros, valga la aclaración) y que, en vez de enfilar hacia el cielo, se largaran a correr al ras del pasto, y en todas las direcciones. La estampida de mis hijos, y sus caritas de pánico, más el llanto del menor y su pedido de irnos, y el mayor agarrado a mis piernas, me dieron ganas de decirles: ¡jódanse! Pero como soy madre, los abracé, les dije "yo les dije", y nos fuimos silbando bajito.

6 comentarios:

m a dijo...

Creo que mis hijas van a recordar eternamente mis frases célebres "cuidado" y "mirá que te dije..."
Y hay veces en las que mi nivel de saturación está al máximo y me sale el "jodete" seguido del "te lo dije" (soy humana)

Rain dijo...

Uia! ¿Así que cuando mi mama decia te lo dije en realidad queria decir "Jodete!"?
JA! mira de lo que me vengo a enterar!!
Nota al pie: Yo era como tus hijos.

Verónica Sukaczer dijo...

Sí Rain, las madres queremos decir jodete, y yo lo digo bastante. Yo también he sido como mis hijos, por supuesto, y ahora cada vez me parezco más a mi madre. Es la ley de la naturaleza. Por eso son tan necesarias las lecciones que te da la vida. Creo que frente al hecho es cuando más se aprende. Y si no... ¡jodete! :-)

Anónimo dijo...

Vero, coincido totalmente con tu post. Yo suelo actuar de manera muy similar.
Pero fue realmente lindo ver a Bianca fascinada, en Nochebuena, con los fuegos artificiales que formaban explosiones de estrellas en el cielo. Mi hija, maravillada, solo atinaba a decir: "¡Colores!" y no le alcanzaban los ojos para ver tanto. Quedó tan encantada que toda la semana siguiente, al despertarse, lo primero que decía era: "¡Colores, pum, en el cielo!". Y nosotros le asegurábamos que el siguiente sábado (Año Viejo), iba a ver colores de nuevo... Muchos no vio, al final, porque en Capital hubo más ruido que colores, y más globos que otra cosa. Ahí también aprendió a decir: "¡Chau, globo!", y todavía lo repite de vez en cuando.
Pero su vocecita y la expresión de su carita cuando decía "Colores" es uno de esos recuerdos que a una seguro que le quedan grabados para toda la vida.

Anónimo dijo...

no! no eran canitas voladoras, eran buscapies, y si! no eran tuyos eran mios, tu jefe, el consentidor de chicos. de chicos que no son de el, por supuesto, pero ya va a aprender, cuando sea abuelo, por el momento practica con su gata, CaraLuna, que claro es como el, aparece de a ratos da un poco de carino, come y se va, no te preocupes, tarde o temprano todos vamos a apreender. todo llega.

lunanueva dijo...

Cuando mi hijo era chico, solía decirle "tené cuidado, tratá de no caerte", jamás la amenaza premonitoria "te vas a caer". No hubo lugar al que no se trepara, y pocas veces se cayó. Ya de grande, cuando empezó a usar el auto, le dije "No vuelvas a casa tarde por ese camino; es rápido, pero atravesás zonas muy feas. Si te pasa algo con el auto, es medio jodido. Más vale gastarse dos pesos en autopista, y viajar tranquilo" Pero claro... Cuando una noche, como a las 4 de la mañana, reventó un neumático al agarrar un pozo que no vio, y tuvo que parar en un lugar chotísimo a cambiarlo, entendió. Y (¡juro que es verdad!), a la mañana siguiente vino y me dijo "Tenías razón". Claro que la que tuvo que pagar el neumático nuevo fui yo...