27 septiembre, 2005

papelitos.

Soy una madre moderna, normal, supongo: veo relativamente poco a mis hijos porque trabajo a veces más de lo que quisiera. Mi trabajo me hace bien porque me hace feliz...también verlos a ellos me hace feliz. Lucía, la mayor, ya vive sola y la veo bastante menos de lo que las dos querríamos.
Mi vecina dice que no me queje, que ella trabaja más horas en algo que no le gusta. Es raro pero aún saber que hay quien me envidie es un consuelo de tonta o epidemia social: no hace en absoluto mi situación más llevadera, pero al menos nos da tema de charla en la vereda.
Cuando estoy fuera (de viaje, o en el trabajo) nunca me llaman y nunca los llamo por teléfono. Esa aparente desatención mutua es sólo el reflejo de nuestra fobia por un aparatejo inmundo y despreciable, acicate de la mentira y la tautología . Yo, agradezco, por lo tanto, que no me llamen. Si ellos me heredaron, entonces, también estarán agradecidos de ese silencio mío y sabrán entender y sino , más puntos en mi contra.
En casa, como todos entramos y salimos todo el tiempo, los chicos desde chiquitísimos y antes de aprender a leer y escribir ya sabían qué era eso de “dejar notitas”. O sea, cuando no nos vemos nos comunicamos por escrito. Actualmente eso solo lo sostengo con Laura. Yo le dejo notas y ella no las lee. A la noche, cuando nos encontramos, hacemos un piadoso recorrido por los santos lugares domésticos donde los post-its y los imanes de heladera hacen las veces de soporte a nuestros desvaríos materno-filiales: La puerta de la heladera, un costadito de la biblioteca ya todo sobreescrito, la puerta de sus roperos, algún lugar donde una Barbie sostiene entre sus manitos un papel o, el mejor, el más efectivo: el espejo del baño de chicos.
Delante del espejo, mientras peino sus rulos despiojados, recuerdo una por una todas las cosas que cuando no estamos juntas quiero decirle, sugerirle. Incluso regresan a mi cuerpo las ganas que tuve en algun momento del día, en alguna parte de darle un abrazo de oso o un beso sopapa, y también recuerdo las cosas que me hacen enojar, enloquecer y a si me mantengo cuerda, retarla. Es en ese preciso instante cuando la realidad se me aparece de un modo terriblemente punzante, carnal: su imagen duplicada delante del espejo, lejos de darme miedo como me da en las películas heréticas, me conforta y me justifica. No puedo dejar de recordar los antiguos spécula, libros de consejos y ejemplos de conducta y urbanidad: pero la vida actual ha hecho de mí una madre práctica , aconsejo a mi hija a través de un espejo real, ayudada a veces por esos papelitos que pego en sus bordes, confiada más en la permanencia del débil pegamento que en la de mi memoria.
Pero, como dicen en españa, lo que dije es “tan real como la brevedad de la alegría en la casa del maestro pobre”. Ese espejo del baño de está colgado un poco más bajo de lo normal , desde hace años y ahora ocasiona no pocos conflictos fraternales: Juan es mucho más alto y celoso aunque lo niegue. Además no comparte con su hermana y conmigo el placer femenino por las notas y recordatorios...sobre todo ahora que a los 16, el reflejo de la propia imagen matutina le debe resultar suficientemente deforme como para encima tolerar algo que le recuerde a su hermana menor...Si es él el primero en usar ese baño entonces mis notas amorosas o indignadas, nunca llegaran a las manos de Laura. Terminan ahogadas en el inodoro. Pero ahora que lo pienso no es solo que las notas estén ahí, lo que le indigna, sino sobre todo su contenido que es –como requiere la niñita- absolutamente concreto y explícito: “Laura: hablá menos y más bajo!!" ,“NO OLVIDAR: Lavar re-bien los dientes”, “¿quien es tu mejor amiga del cole?, dale un besote de mi parte y no peleen” “no te toques la chuchi delante de extraños” , son todas admoniciones que, entrevistas por ella antes de ir al cole, me proporcionan días felices...

Si a todo eso le sumo la odiosa costumbre de mi hijita de guardar esas notas en el bolsillo de su guardapolvo y mi cobarde y malintencionado apego a guardar las apariencias frente a los maestros de mis hijos...es entendible que de común acuerdo hayamos decido cifrar en un lenguaje imaginario las notas más importantes o las más comprometedoras. Siendo como somos las mujeres naturalmente curiosas y nada amantes del secreto, de no ser propio, tuve que profundizar extraordinariamente en busca de la lengua perfecta e inexistente.
Estoy contenta con el resultado: cualquier código o lengua es descifrable si conocemos el mundo que describe, por lo cual nuestro primer trabajo ha consistido en crear una realidad alternativa y aleatoria que sólo nosotras conocemos, y a partir de ella inventar nuestra nueva lengua. Debo reconocer que es complicado, y que me ocupa más tiempo del que preveía: renuncio ahora a dar más detalles, pero es perfecto. Ah, y no teman por mi vida, que mi hija no revelará jamás la clave: es, aunque chiquita, mujer, y éste es tambien su secreto.

9 comentarios:

Verónica Sukaczer dijo...

¡¡¡Llegaste!!! Qué bárbaro que es esto de compartir un espacio tan especial, sin conocernos siquiera. Es mágico.
Y como siempre con tus hermosos post. Tendré que escribir cómo es ser madre de varones, y saber que nunca tendré una nena (porque he cerrado la fábrica, salvo que alguna vez haya una fuga...)
Hasta el próximo post

Verónica Sukaczer dijo...

Ah, me olvidaba. Me tenés que enseñar a subir fotos.

Isil dijo...

Aergh. escriban menos la concha de la lora, no todos somos intelectuales.
O posten el resumen al final, o resalten, jaj me encantan las que resaltan TODA la fotocopia JAjajaj.
Ah si, eso, más fotos de ninillos :) :).

Carolina dijo...

Uf. Yo ahora tengo dudas? Deberiamos respetar un estilo o puedo postear lo q quiera dentro del tema? Porque es todo mas bien sincero y cariñoso y yo solo tengo opiniones acidas!

Reina dijo...

pero obviamente hay que postear lo que una quiera, ya vendrá mi cinismo a ser gala !!!
daniela

Isil dijo...

a ser o hacer?

Anónimo dijo...

isil.....es a hacer, supongo. Mi castellano es aprendido por eso algo barroco y de vez en cuando con errores !!, gracias.d

Verónica Sukaczer dijo...

Isil: si pedís más fotos de niños con ese tono pederasta, mmm...

Bestiaria: yo soy cínica por naturaleza, en estos días un problema de salud de un familiar me tiene caminando los pasillos sanatoriales, pero volveré y seré irónica. Y por supuesto, cada uno postea lo que quiera, dentro del rubro familiar.

Isil dijo...

Mis disculpas daniela! pense que eras bruta no gringa.
Vero, si fuese realmente pederasta, ¿las pediria asi? turururururururu (musiquita de la dimension desconocida)