26 enero, 2006

El cumple se festejó en un salón de fiestas, allí la señoanimadora secuestraba prolijamente los paquetes que traían en la mano los invitados e invitaditos y aseguraba que se los darían a la cumpleañera al final. Al salir, le dieron a mi adoradísma "sobrina" Carmela, una enorme bolsa de residuos negra donde estaba todo aquel botín. Salimos del evento (detesto los salones de fiestas!!)después de haber padecido durante un par de horas el frenesí musical de Miranda, Belinda, Raven, Britney, y todo el pop para agrandaditas. Comimos los adultos comidita rica de fiesta pero los chicos deglutieron algo parecido a alimento para animalitos -chizitos- y bebieron copiosamente litros de cocacola. Nuestra imagen por la calle era patética: 30 grados a full, la imagen de mi Carmelita linda, estrenando sus 5 años y caminando agobiada bajo el peso de su tesoro en bolsa de basura, parecía algo como la niña de la bolsa.
Claudia insistió en "reunión íntima" en la casa ya que al final estaría bueno reponernos...y chusmear todas juntas -las madres-.
Apenas entramos a su casa, Carme vació la bolsa sobre la alfombra y cuál ave-fénix con la energía más que renovada, fue ´a por ellos´: los regalos.
En un lindísimo envoltorio con tarjetita bien prolija estaba guardado el regalo de la re-bobe, la bobe y el zeide (bisabuela y abuelos de carmela): encantadores viejecillos, con buenísima voluntad, suficiente dinero y escasa intuición de lo que puede depararle a la cumpleañera y sus amigos ese dilemático regalo.
Lo abrió y su cara estaba extasiada. Había tenido la beatífica visión de la “Barbie embarazada!!”. Y era toda suya. La muñeca se llama Midge.

Yo, confieso, no pensé en ninguna de esas cosas que en general pienso cuando tengo que regalar algo para chicos chiquitos….no pude; frente a Midge depuse todo intento de selección bienpensante, didácticamente correcta y progresista de juguetes. Quedé atónita.

Allí estábamos todos, contemplando alucinados la evidencia milagrosa de una futura maternidad rarísima. Carmela le dio a su madre la caja para que la abriera con cuidado, en un gesto casi devocional. Los ojos de todos siguían implacables ese periplo.
A partir de ese momento y quién sabe durante cuánto tiempo, Midge estará entronizada en un lugar preferencial del mundo Barbie de Carmela. Eso sí, ese primer día entre primos y amigos íntimos debió padecer una infinita procesión. Todos los que estaban quisieron tenerla, verla, espiarla. Me incluyo.
Cada uno oficiaba una y otra vez el mismo rito: desnudarla ( con notable esfuerzo porque si fuese posible, Midge es aún más rígida que Barbie), mirarla con extrañeza, reconocer la portación de pudenda bombacha marca barbie y observar con rigor la panza a punto. Desde el sillón las madres nos reíamos ante la evidencia de que la muñeca tiene la chabomba labrada sobre la piel, ese sí es el perfectísimo cinturón de castidad!: Barbie, Midge y cualquier otra SON-CON-BOMBACHA.
La rutina infantil se desplegaba delante de nuestros ojos, todos hicieron parir a la pobrecita una vez y otra y otra y otra. Es que el asunto era increíble!, tenían que apretar con vigor hacia adentro, hasta hundirla, la panzota plástica. Lo hacían con una fuerza mezcla de morbo y placer sólo para observar el increíble y brevísimo momento (probablemente imaginado de otro modo, tantas veces) en que el bebé sale literalmente eyectado del inhóspito vientre. Es un parto catapulta!
Durante el tiempo que duró el encanto de la novedad.....supuse que asistiría – y me preparé con toda la curiosidad que tengo- a las más diversas e insólitas conversaciones entre pares, acerca de los orígenes de la vida (probablemente hipótesis sobre el propio origen). ¡Qué infinita decepción!, solo me llamó la atención que ninguno preguntara por el padre, tutor o encargado del extraño bebé que emerge del vientre materno con el pañal puesto.
Sí, sras. y srtas. Mattel cuida no solo de la moral de la madre impenetrable que ni siquiera tiene vulva, vagina ni agujerito por donde parir o hacer caca…sino también la moralita del encantador vástago. El pañal debe habérselo tragado Midge, junto con la "semillita" al momento de la concepción inmaculada...porque es de tela!!. Se puede sacar eso sí: y la hipótesis de Claudia es que eso es posible sólo porque el bebé es varón. "Macho" dijo la partera y mostró con orgullo su gracioso pitulín.
Algunas amigas y yo, que pasamos por esos otros partos, como dios manda, nos preguntábamos con envidia retórica, porqué tardamos más de un instante en volver a tener el pelo prolijo, ese rostro plácido, los labios sonrientes y maquillaje perfecto...y esa turgencia mamaria que ni chorrea ni se le marca una sola venita...pero sobre todo A MIDGE LE AFLORA UNA PANZA NUEVA CHATA E IMPECABLE apenas salido el niño!!. La flacura increíble de Midge posparto nos puso un poco tristes. Pero las preocupaciones de los chicos fueron en general del orden de la pura mecánica: no hubo inquietudes acerca del deseo, de las relaciones de parentesco, de la sexualidad, ni siquiera acerca de la diferencia sexual anatómica. Midge resultó un fiasco para mis amigas progres que insisten en regalar “De dónde venimos”, pero también lo fue para las más mojigatas que esperaban que la presencia de una niña avivada como Laurita respondiera con la sabiduría de los 9 años, “esas” preguntas infantiles que las cómodas sras. eluden con descaro.
Nada.
No hubo siquiera una de las nenas que sintiera la más mínima empatía por la pseudo maternidad de Midge ni por un segundo. No la creyeron, les da más entusiasmo que alguna se disfrazase de futura mamá poniéndose un almohadón debajo de la remera y haga la mímica dolorosa y sudada del parto más novelesco.
Pero a mí sí me dio un poco de impresión. Midge agitó mis peores fantasmas en relación a lo materno. (por supu que no los revelaré acá), pero me pareció monstruosa.. Por esa actitud inhiesta de abanderada de escuela, por que el gesto gélido la hace más parecida a una máquina “portadora de niños” que a una puérpera. Porque aunque sepamos que no existe tal cosa como el instinto materno, a todas nos gustó de chicas jugar a la mamá alguna vez. ...pero ese maniquí es absolutamente inverosimil, incapaz de generar la más mínima ficción que no fuera la del bebé bala.

Un juguete que no sirve para jugar, sencillamente no sirve para nada.

8 comentarios:

m a dijo...

A mi me impresiona en general toda esa cultura plástica y perfeccionista que promueve Mattel.
Barbie, Ken, Kelly, las My scene, California Girl, todos tan sonrientes, tan seductores, tan sin sexo real ¿no es muy perverso?

Anónimo dijo...

sí, es bastante perverso por escondedor. Pero ya catapultar un hijo es mucho!!!

Anónimo dijo...

ya está, me convencieron, la quiero! me la compro!
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habría que probar el parto acuático...y otro en un hospital municipal (maqueta compleja de verdad) el cinismo no me deja descansar.

Verónica Sukaczer dijo...

Para decirlo de la manera más fina posible: me cagué de risa con tu post.
Aunque debo admitir que mi parto fue muy parecido al de Midge. Me cortaron casi de lado a lado (pero bien abajo para que la bikini lo tape), un médico me aplastaba mientras el otro hurgaba adentro, y cuando me mostraron al crío ya estaba empañalado, fajado y hasta con gorrito. No tengo ninguna prueba de que no haya salido así de adentro mío. Y luego me fajaron a mí también, así que no vi nada ahí abajo por varios días. De lo único que no me salvé fue de los pechos goteantes y las venas a punto de explotar.
En cuanto a otra hipótesis, tal vez Midge sea la madre portadora de clones del futuro.
Cariños

Gragry dijo...

Al leer tu post no había comentarios. Y yo salí corriendo a leer a Caillois y su teoría de los juegos y juguetes...
Así estaba yo hasta que comento con mis hijos y marido la existencia de la Barbie embarazada que eyecta niños de manera indolora. Y se atragantaron con las papafritas. Y empezaron, todos juntos y al unísono, a encontrarle una nueva función a esta Barbie: arma cuyo proyectil es el mismo neonato. "No insultes a mi madre", vociferaba Martín empuñando una imaginaria Barbie embarazada.
Seguro que Caillois no había previsto estas utilidades insospechadas que pueden sacar los niños de los juguetes industriales.

Reina dijo...

seguro que no!! pero no está nada mal...

Noelia dijo...

dani, la verdad es que hasta el párrafo final, me sentía más identificada con la mirada de tu niña que con la de una adulta. será tal vez porque no tengo hijos! pensaba que lo más copado de esos juguetes es ver cualquier cambio que no se registra en la realidad: con panza, sin panza. con hijo. sin hijo. pensé que de ser niña. andaría un rato apretando el mecanismo de expulsión. Y JAMÁS HUBIESE PENSADO EN UNA MADRE. simplemente hubiese jugado como si fuese un rastri!

tu párrafo final me trajo a la adultez de los pelos.

Laura G. dijo...

Sencillamente maravilloso este post. Morí de risa.