31 agosto, 2008

Intuición infantil

Muchas mujeres hacemos alarde de nuestra intuición femenina; un tercer ojo que ve detrás de las paredes, dentro de cada cráneo y dentro del corazón más hermético. He escuchado decir que "una madre todo lo sabe", y lo creo. Sabemos cuando nuestros hijos están tristes, cuando están particularmente contentos, cuando tienen miedo.

Seguramente nunca hemos tomado en cuenta que la intuición de nuestros hijos, su observación es a veces más meticulosa que la nuestra. Tal vez ellos sepan más que nosotros sobre lo que nos rodea.

Cuando mi hija tenía aproximadamente un año, ya dormía a pierna suelta; se dormía temprano, dormía toda la noche, nada podía despertarla. Vivíamos los tres en un cuartito improvisado en la azotea de la casa de mis suegros, atravezábamos por algunos problemas económicos. Cierto día ya no pude aguantar las ganas de llorar, después de dormir a Angela dejé salir las lágrimas, en silencio para no hacer ruido. Repentina y extrañamente Angela despertó y lloró junto conmigo. Simplemente no encuentro explicación alguna.

Hace un año, 5 meses y 17 días que el padre de mi hija y yo estamos separados. Mientras resolvíamos si separarnos o no, le ofrecieron un puesto mejor en la empresa donde trabaja, sólo que ese puesto estaba en otra ciudad a 3 horas y media de aquí. La situación entre nosotros provocó que él no vacilara en aceptar el puesto.

Me costó aprender a estar conmigo misma y con mi hija pero finalmente lo logré, incluso empecé a disfrutarlo infinitamente. La distancia nos ayudó a extrañarnos y recordar cuánto nos queremos; sin embargo ni la distancia ni el tiempo han hecho que yo me sienta segura de querer vivir nuevamente con él. Aún así, lo intentaré.

Hoy regresa, y me da la impresión que no regresa el mismo que se fue. Acordamos no decirle a Angela para que sea sorpresa. Pero mientras yo estoy muerta de miedo y de incertidumbre por lo que pasará, por lo que no pasará, Angela está particularmente contenta y no puede dormir, como si supiera que hoy a la media noche llega su padre, y que llega para quedarse.

No dudo que en el fondo sepa.

Escribo este post en vivo, mientras lo esperamos; las lágrimas me hacen ver borroso lo que escribo y Angela está distraida con la televisión, pero no dudo que que se haya dado cuenta de que estoy llorando y no me dice nada para no desconcertarme.

Hoy mientras estemos durmiendo (si es que logramos dormir) llegará Él. Cuando despertemos ya nada será igual a hoy, ni siquiera igual que antes de que se fuera. Y Angela... ella lo sabe.

25 agosto, 2008

Madre vs. Maestra

"Yo no tengo una personalidad;
yo soy un cocktail, un conglomerado,
una manifestación de personalidades".
Oliverio Girondo


Nadie dijo que ser madre es fácil; tratar de organizarnos es un maratón porque la vida transcurre mientras tratamos de organizarla, no se diga las angustias, preocupaciones y demás. El amor de madre hace de esta labor algo totalmente satisfactorio.

La experiencia facilita la docencia, por eso para mí dar clases ahora es igual que practicar un deporte extremo. He dado clases anteriormente, a chicos de entre 19 y 20 años pero no es lo mismo tratar con adolescentes y en eso soy primeriza (llevo exactamente una semana), sin embargo he ido tomando el ritmo para que poco a poco se vuelva parte de mi vida.

Ser madre y maestra es complicado en un principio, con un poco de organización ambas actividades salen adelante; ayuda el hecho de que cada una tiene su espacio: se es madre en todos lados excepto en el aula y se es docente solamente en el aula, en teoría.

Tomemos dos rompecabezas de 1000 piezas cada uno, revolvamos todas y cada una de las 2000 piezas; tratar de separar los rompecabezas es lo mismo que tratar de ser exclusivamente madre con los hijos y exclusivamente docente en el aula. Lo realmente titánico no es ser, sino intentar no ser.

La maestra y la madre conviven en la misma persona y ello provoca que a veces, al menos yo, me comporte insoncsientemente como madre protectora cuando debería ser una autoridad firme con un toque de indiferencia; o que en ocasiones cuando trato de alcarar una duda de mi hija lo haga con el tono de voz y matices propios de alguien cuyo oficio es impartir conocimientos académicos. Me siento como el Gollum de "El Señor de los Anillos".

Tal vez no haya forma de separar totalmente a la madre de la maestra. He llegado a pensar: ¿será porque ambas tienen en común más de lo que había imaginado?

13 agosto, 2008

LOGOGENIA.BLOGSPOT

Conocí a Patricia Salas. Descubrí la logogenia. Viajé a Salta. Comencé el diplomado. Viajé otra vez a Salta. Seguí estudiando. Me convertí en diplomada en logogenia. Tuve mi primera alumna. Trabajo en una escuela. Doy charlas. Recibo consultas. Oriento. El año que viene estaré dictando el diplomado bajo el mando de Salas. Y todo eso ahora será parte de...