tag:blogger.com,1999:blog-171783472024-03-23T15:11:21.749-03:00HIJOS Y OTROS ANIMALES SALVAJESVerónica Sukaczerhttp://www.blogger.com/profile/09991853971222923579noreply@blogger.comBlogger209125tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-65604385760278620122013-07-26T14:15:00.003-03:002013-07-26T14:15:30.726-03:00DESAFIO RINOCERONTE NARANJA<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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10 cosas que aprendí cuando dejé de gritarle a mis hijos<br />
<br />
Una madre estadounidense de cuatro hijos se propuso a sí misma dejar de gritarle a sus hijos. Para eso creó el ”Desafío rinoceronte naranja” y un blog donde nos cuenta su experiencia día a día. En lo personal, me gustó mucho este post que traduzco a continuación y quiero compartir con ustedes.<br />
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El Desafío rinoceronte naranja ya lleva más de 365 días así que ¡ánimo que se puede!<br />
<br />
Alguien me preguntó este fin de semana pasado, “¿cuáles fueron tus conclusiones por no gritar durante un año? ¿Has aprendido algo?” Eh, muy buena pregunta. Y me hizo pensar: “Bueno, ¿qué aprendí?” Voy a decir esto: aprendí mucho, mucho más de lo que puede caber en una posible entrada en el blog! Así que quiero compartir con ustedes las 10 mejores cosas que he aprendido de mi “Desafío Rinoceronte naranja” donde me prometí no gritar a mis 4 niños durante 365 días seguidos.<br />
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1. Gritar no es la única cosa que no he hecho en un año (399 días para ser exactos!)<br />
Tampoco he ido a la cama con un pozo desgarrador en mi estómago porque me sentía como la peor madre del mundo. No he gritado a mi marido a quien le gritaba una y otra vez. Y no he oído a mis hijos gritar: “Tú eres la peor mamá en el mundo, no te quiero más!” Sí, aprendí realmente rápido que es mucho mejor no gritar!<br />
<br />
2. Mis hijos son mi público más importante.<br />
Cuando tuve mi “epifanía no más gritos,” me di cuenta de que yo no grito en presencia de los demás, porque quiero que crean que soy una madre amorosa y paciente. La verdad es que yo ya era así pero rara vez cuando estaba sola, siempre cuando estaba en público con una audiencia para juzgarme. ¡Esto debería ser al revés en realidad! Siempre tengo un público – mis cuatro chicos siempre me miran y ellos son la audiencia que más me importa-, que son a quienes yo quiero mostrar lo amorosa, paciente y “libre-de-gritos” que puedo ser. Quiero que mis hijos me juzguen y proclamen: “Mi mamá es la mejor mamá del mundo!” Recuerdo esto cada vez que estoy en casa y pienso que no puedo perder la cabeza, obviamente no puedo … ¡ya lo haré fuera de casa todo el tiempo !<br />
<br />
3. Los niños son niños, y no sólo los niños, la gente también.<br />
Al igual que yo, mis hijos tienen días buenos y días malos. Algunos días son agradables y dulces y escuchan muy bien, otros días son gruñones y difíciles. Por cierto, yo soy siempre dulce y nunca difícil. Siempre. ¡Ja! Y como todos los niños, mis hijos son difíciles, a veces, se niegan a ponerse sus zapatos, y pintan la pared, sobre todo si se trata del nuevo papel de pared que a mamá tanto le gusta. Así que sí, tengo que revisar mis expectativas y recordar que mis hijos son niños: ellos todavía están aprendiendo, siguen creciendo, y todavía tienen que encontrar la manera de manejar el despertarse con el pie izquierdo. Cuando se “equivocan” tengo que recordar que no sólo no ayudan los gritos, sino que como yo, no les gusta que les griten!<br />
<br />
4. No siempre puedo controlar las acciones de mis hijos, pero siempre puedo controlar mi reacción.<br />
Puedo hacer mi mejor esfuerzo para seguir todos los trucos de crianza del mundo para tener a los niños bien disciplinados, pero ya que mis hijos son niños, ellos no van a hacer siempre lo que quiero. Puedo decidir si me dan ganas de gritar “¡recoge tus Legos!” cuando ellos no escuchan o si quiero irme lejos por un segundo, recuperar la compostura haciendo algunos saltos, y luego regresar con un nuevo enfoque. PD: el irse y tomar un respiro en realidad puede obtener los Legos recogido más rápido que gritar.<br />
<br />
5. Gritar no funciona.<br />
Hubo numerosas ocasiones en que quería dejar mi “Desafío rinoceronte naranja” cuando pensaba “gritar sería más fácil que encontrar respiraciones profundas y alternativas creativas”. Pero yo era consciente. Desde el principio, he aprendido que gritar simplemente no funciona, eso sólo hace que las cosas salgan de control y hace que sea difícil para mis hijos para que oigan lo que quiero que aprendan. ¿Cómo pueden escucharme claramente decir “Date prisa, cojan sus mochilas, sus zapatos, sus chaquetas, no se peleen entre sí, vayan más rápido y háganlo todo ustedes solos!” cuando todo es una mezcla de intimidación y órdenes que hace que se pongan a llorar?<br />
<br />
6. Momentos increíbles pueden suceder cuando no se grita.<br />
Una noche oí pasos que venían de abajo y después de la hora de acostarse. Aunque enfurecí ya que mi “tiempo para mí” se vio interrumpido, me quedé tranquila y regresé a decirle a mi hijo que volviera a la cama. Mientras lo metía en la cama me dijo “Mami, ¿me amarás si me voy al cielo primero, porque si vas primero, yo todavía te querré. De hecho, yo siempre te amaré. “Las lágrimas todavía vienen a mis ojos sólo de escribir esto. Puedo garantizar que si hubiera gritado “¡Vuelve a la cama!” nunca hubiéramos tenido esa dulce y tan importante conversación.<br />
<br />
7. No gritar es difícil, pero se puede!<br />
No voy a decir que no gritar es fácil, pero conseguir ser creativo con alternativas sin duda lo hizo más fácil y más factible. Y después de gritar en el inodoro, golpear mi pecho como un gorila, cantar Lalala, Lalala es el mundo de Elmo, y el uso de servilletas de color naranja en las comidas como un recordatorio de la promesa, hicieron sin duda todo mucho más fácil. Claro, me siento tonta a veces al hacer estas cosas, pero me mantienen para no dejarlo. Lo mismo ocurre con mis nuevas palabras favoritas: “por lo menos”. Estas tres pequeñas palabras me dan una gran perspectiva y me recuerdan que debo relajarme. Yo las utilizo fácilmente en cualquier situación molesta. “¡Acaba de derramar toda una jarra de leche en el suelo … por lo menos no era de cristal y por lo menos estaba tratando de ayudar!”<br />
<br />
8. Muchas veces, yo soy el problema, no mis hijos.<br />
La línea de ruptura, “No eres tú, soy yo” suena incómodamente cierta cuando el aprendizaje es no gritar. Rápidamente me di cuenta de que muchas veces he querido gritar porque me peleé con mi marido, me sentí abrumada por mi lista de tareas pendientes, estaba cansada o era esa época del mes, no porque los niños se comportaran “mal.” También me di cuenta del reconocimiento de mis disparadores personales diciendo en voz alta: “Rinoceronte naranja, tienes el SPM (síndrome pre menstrual) y necesitas chocolate, tú no estás enojada con los niños, no grites” funciona muy bien para mantener a raya los gritos.<br />
<br />
9. Cuidar de mí me ayuda a no gritar.<br />
Siempre fui muy buena para cuidar de los demás, sin embargo, no siempre era buena en el cuidado de mí misma hasta ahora. Una vez que me di cuenta de que los desencadenantes personales, como sentirse con sobrepeso, sentirse desconectada de los amigos, y sentirse exhausta me predisponían a gritar, y empecé a cuidar de mí. Empecé a ir a la cama temprano, priorizando el ejercicio, tratando de llamar a un amigo un día y lo más importante, me empecé a decir que está bien que no sea perfecto. Cuidar de mí no sólo me ayuda a no gritar, sino también me hace más feliz, más relajada y más amorosa. Ah, los beneficios de no gritar se extienden mucho más allá de ser padres! No hay duda de que estoy haciendo una mejor crianza de mis hijos y en lo personal, ahora que no me grito. Sólo por nombrar algunos de los beneficios inesperados de no gritar: Hago más actos de bondad al azar, puedo manejar situaciones estresantes con más gracia, y me comunico con más amor con mi marido.<br />
<br />
10. No gritar se siente increíble.<br />
Ahora que he dejado de gritar, no sólo me siento más feliz y más tranquila, también me siento más ligera. Me voy a la cama libre de culpa (a excepción de la galleta extra que comí ese día) y despierto con más confianza en que puedo ser una madre con una mayor comprensión de mis hijos, mis necesidades, y cómo ser más amorosa y paciente. Y estoy bastante segura de que mis hijos se sienten más felices y más tranquilos también. Sé que todo el mundo quiere leer, “dejé de gritar, y no sólo me siento muy bien, sino también mis hijos son ahora más tranquilos y perfectamente atendidos.” Bueno, no lo son. Ellos siguen siendo niños. Pero, las rabietas son más cortas y algunas se evitan completamente. Ahora que estoy más tranquila, puedo pensar más racionalmente para resolver problemas potenciales antes de que me venga una crisis. Pero olviden por un segundo que los niños se comporten perfectamente. Definitivamente, mis hijos son más amorosos hacia mí, y ahora me dicen muy a menudo “Te amo mamá Rinoceronte Naranja” y eso se siente impresionante, se siente fenomenal.<br />
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la escribahttp://www.blogger.com/profile/04909476966694321424noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-65939744193305571622011-09-08T20:26:00.002-03:002011-09-08T20:26:53.183-03:00Una Bolsa de Preguntas!!!!!!<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En qué tengo
qué hablar? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por qué no me
entiende?</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por qué gasto
hectolitros de saliva hablando sobre los valores, sobre la confianza, sobre la
posibilidad de contar conmigo, cuando algo en el cole no le salga bien y al
final, no me cuenta?</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por qué no me
escucha, cuando le digo qué si saca una mala nota, que me avise y vemos como se
hace para levantarla?</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por qué me
parece que hablo, le entra por un oído y le sale por el otro?</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Jeremías no me
cuenta nada del cole, salvo las travesuras, ergo me da pie en esa circunstancia
de hablar con referencia a como comportarse institucionalmente, chequear si
registra que lo cometido no está bien, etc., etc., etc.</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Podría ser que
este mal que viva pontificando sobre lo que está bien o está mal? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Y si no lo
hago, de que estoy jugando? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Soy la madre. No
soy una amiga. No soy una compañera. </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Soy la persona
que en esto que nos toca llevar adelante, este remedo de familia, hace de madre
y padre!!!</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Me fui el fin
de semana de lo más tranquila a casa de mis padres y no me contó, más bien creo
que me lo ocultó deliberadamente que el lunes tenia prueba de Lengua. </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Obviamente que
se sacó un insuficiente.</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">No solo que
tengo que luchar denodadamente con el tremendo displacer y desencanto que me
producen sus notas mediocres, también tengo que luchar con un montón de gente
que me dice hasta el hartazgo “querés que solo tenga diez?”, “deja al chico en
paz, con que apruebe la materia ya está”.</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y sí, me encantaría que tenga todo diez,
porque me ha de gustar la mediocridad? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero también
aclaro que solo con un ocho, casi que estaría conforme,</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por que tiene
que ser parte de la masa, si la masa sigue nivelando para abajo? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Esta mal
buscar el nivel de excelencia? </span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En estos
tiempos en que la gente busca sacar la mayor ventaja, planes, becas, subsidios,
me pregunto, es un pecado que pretenda que Jeremías no le saque el cuerpo al
esfuerzo, al sudor, que tenga ganas de ser bueno en lo que hace, porque eso es
sano? </span></div>
</div>
la escribahttp://www.blogger.com/profile/04909476966694321424noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-949950481900446032011-07-14T15:19:00.002-03:002011-07-14T15:32:06.101-03:00Mc DonaldsEra muy joven cuando tuve a mi hija, tenía 19 años y mi esposo 23. No teníamos ni dónde caernos muertos. Angela fue testigo de todas las dificultades que debimos sobrellevar para tener la casa que ahora tenemos, fue testigo de nuestro andar de arrimados de casa en casa. Angela presenció que tanto su padre como yo, con mucho esfuerzo terminábamos cada uno la carrera, nos vio desvelarnos cada noche para entregar trabajos. Algunas veces me acompañó a clases, me vio presentar examenes y obtener buenas notas.<br /><br />Pero la razón por la que Angela se siente orgullosa de mí, es que en mi época de estudiante soltera trabajé en McDonalds. Solamente fue un trabajo de dos meses, mi falta de empatía con ese payaso de pelo rojo no me permitió seguir. Pero cuando lo mencioné como un comentario sin importancia, mi niña demostraba llenarse de orgullo; les platicó a sus amigas y el dato corrió como reguero de pólvora en todo el grupo y ya nada fue igual, todos los niños me observaban con admiración, como si hubiera salvado al mundo.<br /><br />Ahora sé que podría tener muchos logros más en mi vida, pero ninguno superará el haber preparado hamburguesas en el restaurante que hace sonrisas. Por supuesto me ha implorado que lo haga de nuevo, pero no deseo ir por la vida oliendo a pepinillos.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-85548332844134263902011-05-12T11:44:00.001-03:002011-05-13T17:39:09.084-03:00A volarRecién casada salí por primera vez de la casa materna, lloré como magdalena aún sabiendo que ahí estaría todas las tardes para tomar el tradicional café con galletas después de la comida, ya me había salido por las malas a los 17 años, pero esa es otra historia, y esa vez me dolía dejar la casa donde crecí aunque pasaría ahí la noche una o dos veces por semana. <br /><br />Al fin después de 3 años me fui a mi casa, MI casa, lejos, al extremo opuesto de donde vive mi madre, pero ¡oh sorpresa!, existe el teléfono. Ya pasaron 5 años y los últimos dos me he dedicado tiempo completo al hogar y he sido saca-apuros, chofer, nana y asistente de mi mamá y mi hermana, que vive en la casa materna con 38 años de edad y dos hijos. No lo digo en tono de queja, jamás me ha molestado ayudarlas y siempre que puedo lo hago, llevo encargos, cuido sobrinos, las llevo y las traigo, aunque ello implique atravezar la ciudad para hacerles el favor y atravezarla de vuelta para regresar a mi casa.<br /><br />Hace poco empezamos mi esposo y yo con planes de abandonar la ciudad por diversas razones, ese plan ya es un hecho. Mi madre y hermana pegaron el grito en el cielo y comenzaron a encontrarle defectos a mi esposo y sacar de abajo de las piedras razones sin fundamento para no irme. Todo es una extraña muestra de afecto, lo sé, pero no puedo negar con algo de modestia que se les vendrá el mundo encima y quiero seguir ayudando, pero tengo mi propia familia y por cierto, una vida.<br /><br />Lo cierto es que aunque las adoro, quiero extrañarlas, tenerlas presentes, durar horas con ellas al teléfono, quiero tener más cosas qué contarles. Quiero esperar con ansias las vacaciones para venir a Morelia, quiero estar lejos para estar cerca. Y quiero saber qué se siente ser la visita.<br /><br />Por otro lado, esta ciudad está llena de familiares y amigos, aquí esta nuestra vida y ello nos da poco o nada de tiempo para convivir en familia sólo nosotros: mi esposo, mis hijos y yo. Hemos pasado por situaciones complicadas en las que vemos cerca el fin y no hemos tenido momentos para superarlo juntos, para salir adelante; simplemente dejamos pasar todo.<br /><br />Quiero dedicarme completamente a mi familia, estar para ellos, atenderlos a ellos y nada más a ellos. Idear formas de convivir y pasar el tiempo juntos sin sentir que tenemos que visitar a alguien para que el fin de semana transcurra con rapidez. Me hace falta, nos hace falta, a todos.<br /><br />Y por si fuera poco, me voy a la ciudad donde se realiza la Feria Internacional del Libro más importante del país, qué más quiero.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-84284641841674131592011-03-22T11:32:00.003-03:002011-03-22T12:03:40.898-03:00SOY MAMÁ, SIEMPRE MAMÁ<div align="justify">Inicié este blog, en el 2005, porque buscaba un espacio donde contar lo que me sucedía como mamá. Necesitaba compartir el amor infinito, absoluto hacia los hijos, pero también el deseo de dejar de verlos durante algunas horas, unos días, una semana. Lo hice, lo pasé bien, invité a otras mamás y a otros papás a sumarse. Se sumaron.<br /><br />De a poco fui dejando de escribir. Mis hijos crecieron, los problemas también se agrandaron y ya no había "anécdotas graciosas" para compartir con los demás.<br /><br />Quién iba a decir que iba a regresar a hablar de hijos... ¡profesionalmente! De los míos y de los de todos los demás. Y como a mí me gusta: con humor, desenfado, libertad.<br /><br />Así que sí, sigo escribiendo sobre hijos, pero lo hago en la página web de los pañales Huggies, bajo el título <a href="http://circulohuggies.com.ar/SitioNuevo/CirculoMamas/Secciones/soymama/tabid/632/Default.aspx">SOY MAMÁ</a> .</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Pasen y lean.</div>Verónica Sukaczerhttp://www.blogger.com/profile/09991853971222923579noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-35914711471151048072011-03-15T14:00:00.003-03:002011-03-15T14:10:29.270-03:00Madre solteraAntes de narrar el siguiente episodio, cabe señalar que mi madre es una persona muy conservadora, de esas que dicen que los tatuajes son para vagos y rateros, que los hombres deben traer corto el cabello, que los escotes son indecentes, etc.<br /><br />Estaba Angy jugando con su muñeca, la arrullaba. A su abuela le dio curiosidad y se acercó a preguntar. Así se desarrolló la conversación.<br /><br />Abuela: ¿A qué juegas?<br />Angy: A que era madre soltera<br />Abuela: ¡¿Porqué!?<br />Angy: Pues porque no tengo esposo, y mi primo Chava no quiere jugar a ser el papá.<br />Abuela: Puedes jugar a que se había ido a trabajar.<br />Angy: No, mejor madre soltera. ¿Para qué quiero un esposo que nunca está?<br /><br />Entre juego y juego, algo de realidad se ha de asomar. La conversación que después mi madre tuvo conmigo fue larga y aburrida, pueden imaginarla.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-22456677661246655142011-03-07T12:54:00.005-03:002011-03-07T13:04:18.082-03:00Si yo digo que te duele es porque te duele.En días pasados me encontraba lavando mi auto en la calle, cuando pasó una vecina con sus hijos, uno de ellos se había roto la clavícula en días anteriores. Saludé a mi vecina y enseguida me dirigí al niño lesionado:<br />- Diego ¿cómo sigues?<br />- Bien<br />- ¿Ya no te duele?<br />- No<br />Intervino inmediatamente la madre:<br />- Ah como no, ¡claro que le duele!<br />Diego ya solamente sonrió y me dirigió una mirada que yo me di a la tarea de traducir en: "está bien, si mi mamá dice que me duele entonces sí, me duele".<br /><br />Jaja, lo que me asombró es que el niño ya ni siquiera se tomó la molestia de contradecir a su madre, a sus escazos 6 añitos aprendió a darle la razón para no discutir. Cosa que yo empecé a hacer a los 25.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-91555044408086678302010-12-13T13:50:00.002-03:002010-12-13T14:23:25.776-03:00Cosas inexplicablesYo siempre pensé en hablar con mis hijos de lo que mi madre no hablaba, y si lo hacía, era con mucha reserva. Pensé que no habría algún tema del que no pudiera hablar con mi hija... hasta la semana pasada.<br /><br />Una serie de hechos violentos en nuestra ciudad provocaron que adelantaran la salida de las escuelas, me vi en la necesidad de ir por Angy tres horas antes; para colmo, el camino a mi casa era una de las zonas de conflicto, los tiroteos no paraban, pasamos el dia en la casa de sus abuelos.<br /><br />Y en la noche, pensando que los disturbios habían pasado, decidimos regresar a casa. En un punto el tráfico se empezó a detener, llegó un momento en que no se podía avanzar ni retroceder, poco a poco nos acercamos hacia donde el flujo vehicular nos guiaba. Había un autobús en llamas, un grupo de hombres armados bajó a una familia de su auto, para prenderle fuego. Los sicarios se fueron. Por el retrovisor busqué a mi hija, en lo que dirigía mi vista hacia ella, deseaba que no hubiera visto aquello, pero vi sus ojos más abiertos de lo normal, las cejas levantadas y con una carita llena de dudas. Max iba dormido.<br /><br />No pasó mucho tiempo cuando Angy empezó a preguntar y preguntar, para mi vergüenza, no pude responderle nada concreto. ¿Porqué esos señores hicieron eso? ¿Porqué le prenden lumbre a los carros? ¿Porqué están armados? y la última pregunta ¿Porqué no hay policías cerca?<br /><br />¿Cómo expicarle a mi hija algo que estamos viviendo juntas por primera vez? ¿Cómo decirle que no se asuste si yo estaba tanto o más asustada que ella? Caí en la cuenta de que en ese momento eramos dos niñas descubriendo el mundo. Aún así traté de despejar sus dudas una a una y más me avergonzé de lo que me escuché decir, que después de todo no fueron mentiras: "la policía no viene porque los malos están mejor armados y además son más rápidos; en lo que llega la policía, ellos ya se fueron, la policía tiene miedo además".<br /><br />En mi infancia, yo no sabía que existían los narcotraficantes, la persona más mala del mundo era el dichoso "robachicos", jamás vi un delincuente en persona, a los 12 años supe lo que significaba la palabra "violación". Angy a los casi 8 años, ya vivió las consecuencias de conflictos armados entre autoridades y narcotraficantes, ya conoció la violencia cara a cara; y su madre no sabe cómo explicarle.<br /><br />El resto del camino estuvo lleno de autos quemados y algunos aún en llamas, una gasolinera en las mismas condiciones. Afortunadamente sentimos el alivio de llegar a casa. Al día siguiente mi hija vio una ciudad desolada, vacía, con restos de vehículos quemados y todos los negocios cerrados. Mi dilema es qué postura tomar, tan malo es decirle que se acostumbre como malo es dejarla vivir con miedo. <br /><br />Debo decir que nunca le di tanta importancia al mundo que habrá para ellos en el futuro, nunca tuve tanto miedo de su porvenir, nunca había tenido tantas ganas de taparle los ojos a mi niña, ganas de encerrarlos a ella y Max en una burbuja donde nunca nada les pase y todo lo que esté ante su vista sea agradable.<br /><br />Yo sé que no podré protegerlos toda la vida, pero hoy mismo haré lo posible, por ello, hoy empieza el proyecto de mudarme de ciudad, sacarlos de aquí. Tal vez esa no sea la solución definitiva, pero por lo pronto, espero se materialice.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-69766132620652521622010-10-28T12:30:00.003-03:002010-10-28T13:40:34.856-03:00Madre = ¿Tiempo libre?Me sorpende y a veces me molesta la imagen que tienen las personas de un ama de casa, simple y sencillamente no lo concibo.<br /><br /><br />Situación 1:<br /><br />Mi esposo nos lleva de visita a una ciudad vecina para conocer a unos amigos suyos; empresarios, solteros, jóvenes. Nos invitaron a comer, por alguna razón aprecian mucho a mi esposo y como dicen: el que quiere a la plantita, la quiere con todas sus florecitas. Así que la invitación fue extensiva para mí y mis hijos.<br /><br />Toda la tarde hablaron de negocios, cualquier comentario mío era pasado por alto por más que mi amable esposo trababa de integrarme, lo que yo decia era una brisa, un zumbido de mosco. Cuando intentaron establecer comunicación conmigo solamente me preguntaron: ¿Qué tal la vida de mamá? ¿Tranquila no?<br /><br />Claro, las madres no tenemos más tema de conversación que pañales, niños, casa. Y por supuesto nuestra rutina es relajada: Estar al pendiente de de una niña aprendiendose las tablas de multiplicar, un bebé aprendiendo a caminar, una casa que tarda todo el dia en limpiarse y 5 minutos en ensuciarse, que mi familia tenga ropa limpia y planchada y un plato de comida caliente todos los dias tres veces al dia, mas refrigerios; eso y una sesión en un spa, es casi lo mismo, claro.<br /><br /><br />Situación 2:<br /><br />Me reencontré con unos amigos de la licenciatura en una reunión. La pregunta de ley para todos ¿qué haces ahorita? ¿a qué te dedicas? Yo respondí: "a mi casa, mis hijos, mi marido". El comentario: "¡que bien! tienes todo el dia libre para hacer lo que quieras: leer, escribir, descansar"<br /><br />Claro, la casa se asea sola, el bebé de un año ya es independiente, la ropa se lava sola, la comida se hace por sí misma y los platos no se diga, se lavan por arte de magia.<br /><br /><br />Me decepcionó un poco ver que así nos ven a las mujeres que nos dedicamos al hogar. Pero si algo es cierto, es que solamente desepeñando el rol es como se conoce la vida de una mujer y ama de casa, y por supuesto, solo así es que se conocen las satisfacciones, que superan por mucho a lo demás.<br /><br />He sido madre trabajadora y madre ama de casa y puedo decir que, ambas cosas, por igual son agotadoras, con presiones y satisfacciones, disgustos y alegrías. Una no hace más que la otra, ninguna es mejor madre que la otra.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-2368449829878184762010-10-08T12:05:00.002-03:002010-10-08T12:09:48.963-03:00Ni floresYa ha pasado un año, tres meses, ocho días. Y no me atrevo aún a ir al cementerio a visitar la tumba de mi hijo, ni para dejarle unas flores. ¿Falta de interés? No ¿Falta de cariño? Tampoco ¿Olvido? Por supuesto que no ¿Falta de valor? Tal vez, y cobardía.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-34304031054433541472010-04-26T13:59:00.001-03:002010-04-26T14:06:11.515-03:00Mi hijo va al secundario<div style="text-align: justify;">Este brotecito de mí que necesitaba un cambio de pañales cada tres horas ahora tiene trece materias y profesores. ¿Podés creerlo? Yo no. Pellizcame. ¡Ay! Es cierto. Llegó el momento: tengo un adolescente en casa. En la arena se ven los pingos, me digo. Ahora sabré si lo eduqué bien o seguirá el mal camino, si las amistades esas de las que conoceré poco lo iniciarán en qué sé yo qué artes oscuras. Me enteraré si tanto esfuerzo, tanta precaución y cuidado sirvieron para algo. Porque eso es lo que me dijeron: "Enseñale ahora que podés, después se vuelven adolescentes y se acabó. No te dan más bola y hacen la suya". Como si el pibe, de golpe y porrazo, se convirtiera en un Hyde irreconocible, inaccesible.</div><div style="text-align: justify;">Y sí, algo de eso hay. La parte del golpe y porrazo, digo.</div><div style="text-align: justify;">Me explico, para vos que todavía no sabés de qué la va porque tenés un hijo en cuarto.</div><div style="text-align: justify;">Transitás sexto y séptimo tranquila, contenta. El chico ya aprendió a estudiar solo, hace los deberes con mucho menos trámite que los años anteriores. Ya conocés a todas las maestras, la directora te saluda. Los compañeros de colegio fueron y vinieron varias veces bajo tu mirada vigilante. El pibe atisba algún interés especial en alguna cosa (música, dibujo, taekewondo, origami, internet...) "Lo hice bien, podría estar mejor, pero lo hice bien", te decís satisfecha.</div><div style="text-align: justify;">¡Zas! primer golpe en la nuca. Elección de secundario. Que si dejás que elija él o elegís vos ese-colegio-de-donde-salen-sabiendo. Visitas a instituciones. Horas invertidas en consultas de honorarios, materias especiales, títulos habilitantes. No caminabas tanto desde que buscaste el jardín de infantes. En ese momento empezás a admirar a esas mujeres que lo resolvieron con el evatest: "Mi hijo va a ir al [NOMBRE DE COLEGIO AQUÍ]", le dijeron al obstetra que calculaba la fecha probable de parto. ¡Y hoy tienen al hijo estudiando como un idiota, casi sin dormir lo necesario para entrar al bendito colegio! ¿Qué hacías vos durante la episiotomía? ¡Seguro que mirabas a tu hijo emocionada! ¿Viste que todo se paga!? Ahora, con esas dudas que te carcomen, deambulás por las calles del barrio. Te asombrás de tanta tribu urbana en las puertas de los establecimientos educativos mientras te consolás pensando que tu hijo siempre va a usar la ropa planchadita y nunca, pero nunca se teñirá el pelo de verde.</div><div style="text-align: justify;">Ya está. Elegiste el colegio que cobijará al primero en tu línea de descendencia en el camino hacia la vida adulta. Este colegio es el adecuado porque .................................. (completá la línea de puntos según el caso, cada cual pone sus ingredientes en este asunto).</div><div style="text-align: justify;">Segundo mazazo: viaje de egresados. Hace tiempo que venís de reunión en reunión peleándote con los padres de los otros. Sí/No quiero que viaje en micro. ¿Toman alcohol? ¿Hay baile? ¿Cuántas horas son de viaje? ¿Está bien si lo mando con una valija grande, una chica y el equipaje de mano? ¿Hay esquimales en Córdoba? Y, lo más importante: ¿cuánto sale el viaje? </div><div style="text-align: justify;">Pero claro, nada de eso lograba perturbarte (sobreviviste al costo del viaje, vivirán a fideos todo el año, pero bue, es por una buena causa). Falta muuucho para el viaje. Es en diciembre. Hasta que llega diciembre y te das cuenda de que eras una ridícula al pretender que el niño en cuestión llevara sachets de shampoo al viaje. Si vos le compraste 5 y él va a estar de viaje 7 días ¿por qué se queja? ¿por qué grita y se desgañita asegurando que va a ser el único pelotudo que se lave la cabeza? ¿acaso el profesor no le indicará cuando sea el momento del baño?</div><div style="text-align: justify;">Llega el día en que tenés que despedirlo en la puerta del colegio. Ahí comprendés que sí eras una sentimental porque el corazón se te hace un charquito viéndolo tan grande, tan lindo y tan feliz de librarse de vos por siete días. Querés prolongar el abrazo pero el niño se ha convertido en anguila, muy resbaloso e imposible de agarrar.</div><div style="text-align: justify;">Viaje. Regreso. Fin de curso. Entrega de títulos. baile de egresados. Todo pasa rápido, como en una película de los Hermanos Marx donde hay un gag detrás de otro y no podés entenderlos todos porque los subtítulos apestan. No hay quien te traduzca. Menos mal que llegan las vacaciones, que sino...</div><div style="text-align: justify;">Y sí, vacaciones normalitas, como siempre. Toda la familia, descansando. Te empezás a poner medio histérica en febrero, eso sí. ¿Estará mal si lo acompaño el primer día de clases? ¿Llevo la cámara o le saco con el celular para que nadie se dé cuenta? ¿Le compro mochila negra o un morral? Consejo de amiga: ni se te ocurra preguntarle qué es lo que prefiere. No sabe. No tiene idea. Está aterrado, extraña a sus compañeros y se va dando cuenta de que a muchos no los verá más. Tendrás que resolverlo sola. No importa: lo que hagas estará mal. Así te lo digo. Le va a caer mal que lo acompañes, que te pares en la misma vereda mientras esperan que abran las puertas. le molestará que insinúes siquiera algún documento fotográfico del hito educativo. Y si le compraste el morral, se antojará por la mochila. O viceversa.</div><div style="text-align: justify;">Su apariencia es normal, pero se va gestando la metamorfosis. </div><div style="text-align: justify;">El principio del fin. Se volvió un adolescente. Él sabe todo. Sí. Sabe que son trece materias y son profesores y cursos y exámenes en lugar de maestros, grados y pruebas. Él lo aprende más rápido que vos. No vas a poder ir a hablar con el profesor hijo de puta que le pone un uno porque se olvidó el libro. Ni van a servir de nada las notas explicando que el chico faltó al examen porque tenía un cólico que siempre le viene cuando está nervioso o estresado, que por favor se lo tomen otro día... De repente tu hijo es capaz de soportar esos reveses de la existencia sin tu ayuda. Él es inmortal. Es virgen (aún) y cree que estudiando la noche antes va a sacarse una buena nota. Todavía no calcula los promedios antes de tirarse a chanta. No especula con los trabajos prácticos ni la ortografía.</div><div style="text-align: justify;">Es más: un día vas camino al trabajo, en el colectivo, muy tranquila, cuando recibís una llamada del <strike>niño </strike>adolescente en cuestión. "¿Dónde estás? ¿Hay huelga?", preguntás con aprehensión. Escuchás su cándida voz en medio de un barullo infame que lo rodea: "No, mamá, estoy en la marcha por la lucha por una educación libre y soberana". "¡A mi hijo se le dio por el centro de estudiantes!" gritás mientras te tirás del vehículo en movimiento. En nuestra época no había centros de estudiantes, si estabas en uno, lo cerraban y te desaparecían. No sabés cómo es la política en la escuela media ahora que estamos en democracia. ¿Estudian los que militan? ¿Les ponen faltas? ¿Tienen asistencia obligatoria a las marchas? ¿Les hacen el test de Cooper para verificar que pueden escaparse de la cana? ¿Hay que poner plata para algo? ¿Se enamoró de una chica del centro? ¿Los profesores consideran en la nota de concepto que los chicos están luchando por un mundo mejor?</div><div style="text-align: justify;">No terminás de digerir lo de la política cuando en la cena, tu primogénito comenta despreocupado que Fulanita lo invitó a la casa. "Mejor decile que venga ella, yo no puedo llevarte". "No importa, mamá, voy solo. Es sólo media hora de viaje. y ella no puede venir porque tiene que cuidar al hijo". "¿Hijo? ¿El hijo de quién? ¿Qué hijo?". "Fulanita repitió primero porque el año pasado quedó embarazada y no pudo terminar las clases, claro. ¿No te conté?"</div><div style="text-align: justify;">En ese momento, justo en ese momento, mientras despedazás una albóndiga con el tenedor, tu cabeza gira y gira y gira. Estás tratando de recordar cómo era que empezaba la charla esa sobre el sexo seguro, cuidarse, quererse y todo eso. No, no te acordás, sólo mirás la albóndiga preguntándote cómo vas a hacer para acompañar a tu hijo en este camino nuevo. Te llevás puré a la boca pensando dónde vas a encontrar las respuestas que él precisa, cómo lo vas a sostener en sus decepciones si ni siquiera acepta tus mimos porque ya está grande para esas cosas. Tomás un trago de vino barato con soda, suspirás y decís: "Ah, no, no me contaste. ¿La mamá la ayuda con el nene? Otro día decile que venga con el hijo. Está bien, no hay problema:"</div>Gragryhttp://www.blogger.com/profile/10037317750984629666noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-67694762507300120872010-03-19T16:16:00.002-03:002010-03-19T16:30:20.283-03:00Verdades sobre el embarazo<ul><li>Empezamos a vomitar hasta que tenemos la prueba positiva en las manos, no antes.</li><li>En los primeros meses inflamos la panza para vernos "más" embarazadas.</li><li>Despues de ver al bebé en el primer ultrasonido sentimos que cualquier movimiento los podría lastimar o torcer.</li><li>Nuestra tolerancia es inversamente proporcional a los niños que se nos pegan como lapa.</li><li>Sentimos cosquillas cuando alguien tiene la firme intención de tocarnos la panza y al final no lo hace.</li><li>La mano en la cadera al momento de sentarse es un cliché, en realidad no es necesario.</li><li>Lo que sube de peso no es el embarazo en sí, sino dejarnos consentir.</li><li>Seríamos capaces de hacerle un agujero al colchón para acostarnos boca abajo.</li></ul><p><em>Estas verdades las recopilé de mi grupo de amigas, si alguien gusta añadir alguna, puede hacerlo.</em></p>Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-59662365532213199232010-02-22T15:28:00.007-03:002010-02-22T16:18:08.784-03:00La necesidad de conocer la labor de una madreEl sábado llevé a mi hija a sus clases de pintura. El estacionamiento siempre es un problema porque sus clases son en pleno centro de la ciudad. Afortunadamente encontré un buen lugar, cerca de la Casa de la Cultura, que me dejaba espacio para bajar cómodamente por el lado de la acera.<br /><br />Al salir de la clase, ya de regreso, subí a la banqueta la carreola de Max para abrir la puerta, en ese momento un señor que conducía una gran camioneta me preguntó si iba de salida, como le dije que sí, esperó donde él sería el primero en ocupar mi lugar, pero también obstruía el paso a una creciente fila de autos con personas impacientes y temperamentos de una ciudad llena de carros a medio día.<br /><br />Yo no podía creer que él estuviera en disposición de esperarme, porque llevaba carreola, bebé, pañalera, niña, mochila y trabajo de artes plasticas, y el ritual de subir al carro lo hago sin soltar mi bolsa de mano. En su lugar yo me hubiera ido a buscar otro espacio pero él prefirió esperar. No sé qué estaba pensando, en qué cabeza cabe que es fácil y rápido subirse al carro con todo lo que yo traía, es todo un ritual de 10 minutos. Ahí me di cuenta de que solamente las mujeres que somos madres estamos conscientes de la labor que implica. Además ando en un Sedán (vochito, escarabajo) de dos puertas donde apenas cabemos mis hijos y yo, subir la carreola es más difícil que armar un cubo de Rubrik.<br /><br />En fin, comencé con el ritual: Subí al bebé, lo sujeté a su asiento, subió Angela, le pasé todas sus cosas, una por una para que las fuera acomodando. Los carros ya estaban dando un arrítmico concierto con el claxon, cuando el susodicho vio que me faltaba mucho por hacer se recorrió a un lugar donde no estorbaba pero debía estar más alerta. Yo seguí: subí pañalera, cobijas, doblé la carreola, abrí la cajuela del carro para guardarla, la cajuela no cerraba, saqué la carreola para acomodarla de nuevo, cerré la cajuela y al fin subí al carro. Intenté salir pero la gran camioneta no me dejaba fácil la salida, al ver que me era imposible salir el señor me dio un poco más de espacio y aún así tuve que maniobrar el doble.<br /><br />Al fin salí y al mirar por el retrovisor vi que una segunda camioneta (conducida por una mujer) llegó y se metió en el lugar que yo había dejado, la primer camioneta apenas había empezado a moverse cuando alguien con más suerte vió el lugar vacío y lo ganó. Simplemente pensé: se lo merece. Estoy segura de que si la camioneta con mala suerte la manejara una mujer, simplemente se habría ido a dar otra vuelta en lo que yo subía al carro y seguro habría quedado en mi lugar.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-57861296184719538632009-12-20T16:17:00.004-03:002009-12-20T16:22:12.971-03:002010!!!!!<p align="left"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifUJV9-4FuUW9F1kogiohQdV41dCLuYJofTKOfHRfpCbEzATJx_xKuGKzAW25AknkjnTQ_JeFAwEDO5P-TCqoD0iGfPiT0Z4DPuGafQPTx249ElZZXLO0YDvv3PsZ_YcuR35oa/s1600-h/1.jpg"><img style="WIDTH: 527px; HEIGHT: 339px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5417400361603181378" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifUJV9-4FuUW9F1kogiohQdV41dCLuYJofTKOfHRfpCbEzATJx_xKuGKzAW25AknkjnTQ_JeFAwEDO5P-TCqoD0iGfPiT0Z4DPuGafQPTx249ElZZXLO0YDvv3PsZ_YcuR35oa/s320/1.jpg" /></a></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-4379921413634597382009-12-14T15:50:00.002-03:002009-12-14T16:15:39.655-03:00TIPS PARA MADRESHace 11 años que soy mamá del de 11. Y hace 8 y medio que soy mamá del de casi 9. En los últimos tiempos ya no necesité hablar de ellos (escribí por última vez aquí en octubre de 2008), aunque por supuesto siguen siendo mi prioridad cada día de mi vida. Sin embargo, regreso para aquí para dejar constancia de las cosas que aprendí y que no están en ningún libro. Espero que les ayude a superar algunos momentos, a sentirse acompañadas o, por lo menos, a saber que no son las únicas que alguna vez pensaron en lanzar a los niños por la ventana.<br /><br />1- Ponerles a mis varones nombres que empiezan con la misma letra fue una absoluta casualidad que resultó practiquísima. Comparten sus iniciales y por lo tanto se puede imprimir una sola serie de cintas de identificación, tarjetitas personales, etiquetas de libros, y todo pareciera que es de ambos.<br /><br />2- Nunca he visto a un adulto de 30 que no sepa atarse los cordones de los zapatos. Por lo tanto, no vale la pena pasar horas y horas tratando de enseñárselos. Alguna vez lo harán.<br /><br />3- Igual: no hay chico de 15 neurológicamente sano que no sepa caminar o hablar. ¡El pibe lo va a hacer cuando le llegue el momento!<br /><br />4- El exceso de estimulación durante la primera infancia provoca exceso de hiperactividad durante la segunda. Lo sé por experiencia. ¡Dejen a los chicos en los cochecitos y no les den tanta pelota!<br /><br />5- No vale la pena gastar dinero en la ropa de los chicos. Bajo ninguna circunstancia. Ni aunque tengan una fiesta importantísima. Gasten en ustedes, me lo van a agradecer.<br /><br />6- El día que al chico no le guste la comida, ¡que no coma! Ningún chico con comida sobre la mesa o en la heladera ha muerto de hambre.<br /><br />7- La tele, la play-station, la wii y la compu son nuestras grandes compañeras. Yo no sé qué haría sin ellas.<br /><br />8- Las maestras no siempre tienen la razón. Los médicos tampoco. Los terapeutas menos que menos. La única que sabe siempre qué pasa realmente sos vos. Confía más en tu propio criterio y menos en los consejos de quienes no están todo el día con tu hijo/a.<br /><br />9- Hoy se tiende a acusar de patológico casi todo comportamiento normal infantil. Los chicos hacen maldades y se divierten con ello; no pueden estar todo el tiempo quietos; no quieren prestar sus cosas como yo no quiero prestar mi nueva netbook; no les gusta que los manden; se pelean con quienes pueden. ¡Igual que lo hizo la humanidad durante todo este tiempo!<br /><br />10- Dejo constancia de que mi hijo menor ha crecido con absoluta normalidad y demuestra a diario un desarrollo cognitivo impresionante, sin haber comido una mísera verdura en toda su vida, aunque como debe ser, se las presenté de todas las formas, cocciones y variedades posibles.<br /><br />11- Cuando vos estás en un mal día, no querés que nadie se te acerque siquiera. Cuando tu hijo tiene un mal día, dejalo tranquilo.<br /><br />12- A veces es necesario faltar a la escuela porque sí, hacer cosas prohibidas, pisar el césped, enloquecer un poco.<br /><br />13- Cada vez que tu hijo te grite: ¡te odio!, podés responder: ¡yo también! Juro que esto no provoca alteraciones permanentes de su psiquis.<br /><br />14- Si tu hijo quiere aprender a tocar la armónica en vez de jugar al fútbol como quiere su papá... va a terminar tocando la armónica. Los gustos propios no se pueden torcer.<br /><br />15- Cuando una dice no, es no (por lo menos a la décima vez). Y no todo hay que explicarlo.<br /><br />16- Las chicas son histéricas y los varones son agresivos. Y eso seguirá siendo así por el próximo milenio.<br /><br />17- Los chicos nunca te agradecen por todo lo que hacés por ellos. Hacé lo necesario, no hace falta pelarles las uvitas o hacerle caras con ketchup a los bocaditos de acelga, aunque yo lo siga haciendo como una tarada.<br /><br />18- Tenés que tener un espacio privadísimo para vos, y los chicos tienen que saber que ése es tu lugar, que no pueden llevar sus juguetes allí, ni instalarse, ni meterse a cada minuto para preguntar si pueden tomar coca (este ítem es altamente recomendable a nivel teórico, aunque en la práctica no logro llevarlo a cabo).<br /><br />19- Si yo tengo frío, ellos se abrigan. Verdad absoluta de madre judía.<br /><br />20- Ellos y vos tienen que saber que aunque a diario quieras lanzarlos por la ventana, nunca jamás dejás de amarlos con el amor más sublime y absoluto.Verónica Sukaczerhttp://www.blogger.com/profile/09991853971222923579noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-10256928894579305352009-11-18T21:24:00.001-03:002009-11-18T21:25:36.001-03:00El amor incondicionalCuando mi madre decidió dejar de trabajar me llamó una tarde al trabajo y me dijo “voy a dejar de trabajar”. Y yo no pregunté nada. Tenía 70 años, y mi hermano y yo sabíamos que eso más temprano que tarde iba a suceder. Su trabajo consistía en atender el teléfono del consultorio de mi cuñada de entonces y ambas se encargaban de hacernos entender que nos estaban haciendo un favor. Y yo sentía que me estaba haciendo el favor de trabajar. Mi hermano sentía lo mismo. Pero mi hermano estaba lejos, muy lejos, en Alemania, probando suerte, lejos. Y como estaba probando y la suerte que nadie dudaba que tendría todavía no había llegado, todos dábamos por sentado que no podía aportar dinero para completar los magros ingresos de mi madre. De este modo, yo tenía que cargar económicamente con mis dos hijas, con mi madre y con todas las insoportables pequeñeces de su incipiente vejez. Ni mis hijas, ni mi hermano, ni mi madre, ni yo misma creíamos que las cosas debían ser de otro modo. O, para ser más exacta, debería decir que algo no era del modo que debía ser: mi condición de mujer sola con hijos. A veces mi madre me compadecía. A veces mi madre me culpaba por haberlo dejado ir. En ambos casos, concluía que no había tenido suerte: muchos hombres tienen una amante y no por eso abandonan a sus legítimas esposas. Y a sus dos hijas. Mi mala suerte en verdad había sido que otra mujer –la otra- había logrado ser la única. Ninguna lo lograba. Yo había perdido dos veces: cornuda y abandonada. Eso sí que era tener mala suerte. Y siempre pero siempre terminaba sus monólogos suspirando y hablando de mi padre: un hombre de los de antes que de tan bueno Dios había querido llevárselo pronto junto a él.<br />Cuando hace un tiempo mi madre me dijo que ya no podía vivir sola en el departamento que le alquilo, usó el mismo tono que diez años antes cuando me dijo que no iba a trabajar más. El mismo tono monocorde y resignado. Y el mismo silencio final. Esta vez sus ojos estaban más viejos y por eso me parecieron más tristes; pero me miraban del mismo modo: esperando que yo absorbiera las consecuencias de sus decisiones incompletas.<br />Los silencios de mi madre son espacios asfixiantes, callejones sin salida. Un empujón para marearse en el laberinto y desconocer el trayecto que lleva a caer siempre en el mismo lugar. En el exacto lugar donde se debe caer. Feliz está, por haber hecho exactamente lo que entendió que era su destino; y mira creyendo que finalmente llegó su hora de recibir recompensa. Si hablara, probablemente su voz traería el eco del surco que en el ir y venir de todos sus años ahuecó con la pesadez de su cuerpo, y ahora, en la liviandad de la vida hecha espera considera que todos debemos agradecer. Vanidad por demás absurda teniendo en cuenta que si sostuvo su vida durante tantos años fue gracias al sentido que le dio nuestra existencia. <br />Su silencio me cuenta que ya se ha dicho todo. Que no hay nada detrás del muro. Y yo, encerrada en sus ojos viejos, me ahogo en el encierro. En estos momentos, cuando decide no decidir, el entramado de pequeños gestos amorosos que sostuvieron mi vida, para bien o mal, es una trampa perfecta. En estos momentos, la desigualdad parece invertirse pero sólo para volverse más efectiva. En estos momentos es donde entiendo el revés del amor incondicional. En su nombre, siendo adultos o niños, son ellos quienes deciden nuestros pasos.Maria Lopezhttp://www.blogger.com/profile/04969959762685636902noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-84434465940476527532009-08-31T13:25:00.002-03:002009-08-31T13:29:02.284-03:00MadreSé que no es 10 de mayo, pero hace poco me encontré con una frase que escuché un 10 de mayo, día de las madres, de una de mis profesoras de escuela y quiero compartirla con ustedes.<br /><br />"Si al apagarse la última vela del pastel,<br /> si al caer la última cinta del regalo,<br /> si al despertar un 11 de mayo te sigues sintiendo dichosa de ser madre<br />Felicidades, mujer, que Dios te bendiga"Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-87688527254006878232009-07-13T19:35:00.003-03:002009-08-31T13:29:22.738-03:00Rayito de luzHace algunos días el pediatra pensaba entregarme a Max, justo en ese momento e él se le ocurrió dejar de respirar y el doctor me dijo: a poco te da miedo. Respondí afirmativamente, como lo hubiera hecho cualquiera, a lo que el doctor respondió: Entonces aquí lo seguimos dejando hasta que se te quite el miedo, porque una persona con miedo hace puras pendejadas, si entrego un niño a una mamá con miedo lo mata. Perdí las esperanzas de sacar pronto a mi hijo de ahí.<br /><br />Hoy el doctor me vio bañarlo, atenderlo y pudo darse cuenta de que no me da miedo. Me dijo: ya? está lista? Yo le dije que sí y me dijo: bueno, hoy después de la toma de las 12 se lo lleva. Así que Max ya está en casa.<br /><br />No pude evitar sentir algo de frustración por traerme solamente un bebé en vez de dos, tampoco puedo evitar imaginarme a los dos en la cuna. En el camino vi una familia con unos gemelitos y se me salieron algunas lágrimas. Pero todo esto fue diminuto comparado con la satisfacción que me da tener a mi pequeño conmigo. Volví a sonreír despues de dos largas semanas. Yo sé que me costará superar lo sucedido con mi Ariel pero teniendo cerca a Max y ver cómo mi hija lo adora, supongo será un poco más llevadero.<br /><br />Por el momento el sentimiento de culpa se ha ido, y también el coraje; ya no tengo ganas de matar al pediatra y me siento más que agradecida con toda la gente que cuidó a mis bebés. Y sé que Ariel estará también más tranquilo.<br /><br />Ahora sí, a ser mamá se ha dicho.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-83252326183356132182009-07-05T15:20:00.002-03:002009-07-05T16:11:13.801-03:00Junio tristeRealmente todo sucedió demasiado rápido, apenas me daba tiempo de asimilar una cosa cuando ya estaba sucediendo otra y ahora no puedo creer que todo esto me haya sucedido precisamente a mí.<br /><br />El lunes 22 de junio en la noche comencé a sentir contracciones, algo bastante raro porque apenas contaba con 29.4 semanas de embarazo. Nos fuimos al hospital y la doctora que me atendió me dijo: no puede ser! tienes 2 cm de dilatación y no hay incubadoras disponibles. Ante esto le pregunté por mis opciones y al decirme que era posible detener el trabajo de parto decidí quedarme en el hospital. Efectivamente lograron detenerme las contracciones, me hicieron algunos análisis de laboratorio y todo salió de maravilla. Salí aún embarazada de ese hospital el jueves 25 en la tarde.<br /><br />Ese mismo día en la noche las contracciones volvieron, y yo volví al hospital con la esperanza de que me las volvieran a detener. En la sala de observación mientras esperábamos que las contracciones se calmaran con el medicamento, se me rompió la fuente, rompí bolsas o como quiera que se diga. Me hicieron una cesárea de emergencia el viernes 26, apenas pude ver a mis pequeños, ambos con dificultades para respirar, uno más grave que otro.<br /><br />No había incubadoras para mis niños, ni siquiera espacio, estaban recibiendo atención en el mismo quirófano y después en un pasillo. Ante esto mi esposo pidió un traslado pero en ninguno de los hospitales que cubría el seguro tenían espacio. Así que se los llevó a una clínica particular.<br /><br /><div align="justify">Yo salí del hospital el domingo 28 en la noche. El lunes en la mañana fui a ver a mis pequeños, uno estaba evolucionando de maravilla. El más pequeño, Ariel, tenía aún muchas complicaciones pero yo le hablé y le dije que le echara ganas, que pronto saldríamos de ahí. Los vi ese mismo día en la tarde.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Fui el martes 30 a verlos y Ariel estaba muy inestable, con muchos altibajos. Lo vi muy inquieto, tratando de quitarse los tubos de encima; traté de calmarlo, le dije que estaría bien. Ese mismo día en la tarde volví y no me dejaron entrar, había mucha gente antendiendo a mi pequeño, el doctor no llegaba y las enfermeras empezaban a gritarse entre sí. Yo estaba en el sillón de afuera diciéndome a mí misma que eso no estaba pasando; le exigí a Dios que me lo dejara, que sería la mejor madre del mundo. EL doctor llegó a hacer lo suyo mientras yo continué exigiendo la vida de mi hijo.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Así pasaron dos horas, a las 7 de la noche me llamaron, entré y el doctor con un poco de lástima y resignación me dijo: Señora, falleció el bebito, hicimos lo que pudimos. Toda mi vida se derrumbó en ese momento, me quería morir para no dejarlo ir solo. Entré sin dejar de llorar, acaricié a mi hijo. Una enfermera lo desconectó de todo lo que traía puesto para que yo pudiera abrazarlo, me lo entregó en los brazos y así lo tuve cerca de tres horas. Aún tengo la imagen de su cuerpecito pálido, maltratado de tantas agujas, tubos, tela adhesiva. Llegó mi esposo, juntos nos despedimos de él, con el alma hecha polvo y las mejillas empapadas le dimos la bendición y nos lo quitaron para arreglarlo.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">A esa hora ya estaban afuera mis padres para arreglar lo necesario para el funeral; Ariel fue colocado en una cajita blanca y llevado a la funeraria. Cuando llegamos ya estaba gran parte de ambas familias y algunos amigos. Yo seguía exigiéndole a Dios que me entregara a mi hijo. El tiempo que estuvimos ahí fue mucha gente a dar sus condolencias, honestamente no lo esperaba porque nadie conocía a Ariel, de hecho algunas personas se enteraron que ya habían nacido para saber que uno de ellos ya se había marchado.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Fue duro ver cómo la tierra iba cubriendo la pequeña cajita blanca poco a poco, yo quería a mi hijo conmigo. Cuando todo acabó descansé y me dio remordimiento de conciencia porque Max seguía en el hospital y él también me necesitaba. Respecto a él me dijo el doctor: éste sí se lo entrego vivo. Max ha evolucionado muy bien, ya respira por su cuenta, voy a verlo todos los días pero estoy buscando la posibilidad de regresarlo al hospital donde nació porque donde está ahora no me da más que desoconfianza.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Durante el día soy una mujer repuesta, porque mi hija debe verme fuerte, yo creo, ya me vio llorar suficiente. El día es para la mujer que lo ha superado todo. En la noche, ya que todos duermen me derrumbo y vuelvo a llorar. De noche me vienen muchos sentimientos; de culpa porque pienso en todo lo que pude haber hecho para alargar mi embarazo, pienso en que debi haber ido a otro hospital, no sé cual pero cualquiera que no hubiera sido ese; me da coraje con todos los que atendieron a mi bebé porque estoy segura de que no hicieron todo lo que estaba en sus manos. Cuando alguien nuevo llega, el doctor presume de haber salvado a muchos niños prematuros y no puedo dejar de reprocharle que al mío lo dejó morir.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Sobre todo el sentimiento de vacío es el que me persigue. A mí me sigue haciendo falta Ariel, yo estaba embarazada de dos bebés, di a luz a dos bebés y debí haber salido de ese hospital con dos bebés. Sigo exigiéndole a Dios que me lo devuelva.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Busco una explicación a todo esto, yo sé que todo esto tiene un propósito, que algo tengo que aprender pero aún no sé qué es. La gente me dice que Dios sabe lo que hace pero eso no me basta, yo también quiero saber porqué no fui digna de quedarme con ambos gemelitos. Me dicen que algo mejor vendrá pero no sé cómo me daré cuenta si ahorita nada es lo suficientemente bueno. ¿Cómo seguir viviendo, cómo volver a disfrutar de las cosas de la vida? </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Solamente cuando estoy con Angela o cuando voy al hospital a ver a Max es que logro olvidarme un poco de todo lo que me duele; el inmenso cariño de mi hija y los pequeños logros de mi bebé me hacen sentir que la vida sigue. Pero estar conmigo misma se ha vuelto tóxico.</div>Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-74036525247543172482009-05-29T22:27:00.003-03:002009-05-29T22:40:22.548-03:00Segunda rondaHace 6 años nació mi pequeña Angela, después por varias razones (una a la vez) postergamos los planes de tener otro bebé. Por fin nos aventamos, me quité el dispositivo intrauterino pero nada sucedía; dejamos de pensar en eso. Cuando menos lo imaginábamos, una noche de año nuevo compré una rpueba de embarazo que dio un resultado positivo. Nos llenamos de alegría.<br /><br />Las sensaciones esta vez fueron diferentes, ya no me sentía ante lo desconocido y estaba convencida de que no volvería a cometer las mismas fallas (no tan graves) que con Angela, me sentía en tierra firme, en un puerto seguro, sin incertidumbres.<br /><br />Hace un mes cumplí 6 meses de embarazo y tuve mi primer ultrasonido, yo iba decidida a preguntar por el sexo. Salí de ahí con alma de primeriza, pues me dieron la gran noticia de que son DOS VARONES. Sí, tendré gemelitos. No está de más decir que me desbordé de alegría, esparcí la noticia en cuanto pude.<br /><br />Nuevamente me siento ante lo desconocido, con muchas espectativas y feliz. A Angela le divierte la idea, se ve que los amará. Mi esposo está feliz, con un poco de preocupación pero feliz. La vida nos dio una gran sorpresa, y a mi me encantan estos giros inesperados que da la vida.<br /><br />Ahora me dedico a buscar información sobre embarazos múltiples y crianza de gemelos, así que si alguna de ustedes conoce una página de internet, blog, foro, le agradecería me pasara el link. Y si alguna de ustedes es madre de gemelos me encantaría establecer contacto.Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-30860719668797236882009-01-28T11:34:00.002-02:002009-01-28T13:05:52.227-02:00..._ _ _ ... _ _ _ (S.O.S)COMO HAGO PARA ENTRETENER A UN NIÑO DE 7 AÑOS?<br /><div></div><br /><ul><br /><li>COLONIAS DE VACACIONES</li><br /><li>SALIDAS</li><br /><li>PARQUES</li><br /><li>ACADEMIA DE NATACIÓN</li><br /><li>BIBLIOTECAS</li></ul><br /><p>El aburrimiento que tienen los niños cuando terminan la vorágine de el año escolar es monstruoso. Despues de correr del cole a hacer algun deporte, idiomas, o lo que sea, viene una época donde no existen obligaciones de ninguna especie. Es en ese preciso instante en el que se convierten en tiranos demandantes.</p><br /><p>Mas grave aún, es el caso de mi pobre Jeremias que es unico hijo, así que ni siquiera tiene hermanos con quienes jugar.</p><br /><p>Lo que veo en Posadas, Misiones, que es donde nosotros vivimos, es que la oferta de actividades, salvo que una disponga de vehículo y de dinero (no es mi caso) es nula. Resulta imposible gastar casi cuatrocientos pesos en una colonia de vacaciones que lo lleva a las ocho de la mañana y lo trae a las cinco de la tarde durante diez dias hábiles. Me parece un robo. </p><br /><p>Por otra parte, cada salida significa que que el niño vague a gusto y paladar para luego proceder a ingerir algun tipo de refrigerio.</p><br /><p>Los parques tienen los juegos en una estado CASI calamitoso.</p><br /><p>La mejor opción de todas es que Jeremias aprenda a nadar, asi por lo menos no conoce el pánico que tengo yo.</p><br /><p>Con respecto a los libros, Jeremias se lee desde los diarios, pasando por atlas y libros de variada temática. </p><br /><p align="center"><span style="color:#ff6600;"><strong>ALGUIEN TIENE ALGUNA OTRA IDEA???</strong></span></p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxHjNarTJA0-AFIRGqHkGoZrmg8ZsZ4prOG78oFzxqhyphenhyphenGlBPz3o6dR4O3fq3FXijsuuykPxBK4KXhbY7HAuEfIrG9_z93_jzYrKczFpt9W3pOXDoUvY31jqy6kdyiiSLxpb_rR/s1600-h/album.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296360805716146130" style="WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxHjNarTJA0-AFIRGqHkGoZrmg8ZsZ4prOG78oFzxqhyphenhyphenGlBPz3o6dR4O3fq3FXijsuuykPxBK4KXhbY7HAuEfIrG9_z93_jzYrKczFpt9W3pOXDoUvY31jqy6kdyiiSLxpb_rR/s320/album.JPG" border="0" /></a><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-62196731080515291332008-10-30T19:39:00.006-02:002008-10-30T20:33:44.178-02:00Desfalco<div align="justify">Ana es una mujer de 35 años, tiene un hijo y una hija de 5 y 3 años respectivamente. Hace cuatro años estando ella embarazada y con el niño pequeño fue abandonada por su marido; suceso que tampoco le dolió mucho porque ¿a quién le dolería perder un marido desobligado, malencarado, nefasto y feo?</div><div align="justify"></div><div align="justify">Ella recibió una llamada de parte de la Secretaría de Educación Pública. Consiguió una plaza o base de maestra por parte del gobierno estatal a 3 horas y media de donde vivían sus papás. Dejó a su hijo para hacer los trámites correspondientes, presentarse en su lugar de trabajo y tramitar su incapacidad por embarazo.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Regresó a su ciudad a esperar que concluyera su embarazo. Un mes de abril nació una niña a la que llamó Anabel. Cuando Anabel tenía dos meses de nacida, Ana tuvo que volver a su lugar de trabajo, así que se fue con un niño de años y medio y una bebita de dos meses a un lugar desconocido, donde no conocía a nadie, a empezar una vida nueva, a empezar desde cero.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Con el tiempo hizo nuevo amigos, los niños crecieron, todos ya se sentían a gusto en su casa, como si siempre hubieran vivido ahí. Cuando los niños tenían 3 y dos años hizo su aparición el que se había ausentado. Con la ilusión de volver a ser una familia fue aceptado y llegó ya con todo puesto y todas las comodidades a una casa ya completamente amueblada, con unos niños que ya dormían toda la noche y una esposa que ya percibía un sueldo.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Bien o mal duraron juntos dos años más, porque le dieron la buena noticia a Ana de que le podrían dar su cambio a su ciudad; podía conservar su trabajo y permanecer en la bella ciudad de Morelia, en la que había vivido antes de obtener su plaza.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Como su esposo ya tenía un empleo, Ana se adelantó a Morelia con los niños para empezar a ubicarse de nuevo. Estuvieron en casa de los papás de Ana, poco tiempo después llegó Omar (esposo) y solamente quedaba ir por todas sus pertenencias.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Antes de eso Omar sacó un crédito para una casa, se la entregaron, los papás de Ana ayudaron con el dinero que faltaba para tal casa. Entonces sí, a ir por los muebles; Ana consiguió prestada una camioneta y alguien que manejara. Ya cuando todo estaba dispuesto Omar se molestó sin razón aparente y se fue con todo y maletas prometiendo no volver.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Ana viajó sin su marido para ir por lo que le hacía falta y ¿cual fue la sorpresa? que ya no había pertenencias. La casa donde estuvieron ya estaba vacía. Investigó con los vecinos, quienes le dieron todos los detalles: todo había sido vendido. Y si digo que todo, es TODO: sala, refrigerador, estufa, recámara, aparatos, también las camas de los niños, sus juguetes y ropa.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Al volver a Morelia con las manos vacías Ana fue a la casa recién comprada por su marido y sus llaves no coincidían con la cerradura. Es decir: Omar dejó a sus hijos y a su esposa en la calle y prácticamente en calzones. Hasta el carro que les habían prestado los papás de Ana fue vendido y el dinero prestado para la casa prácticamente se fue a la basura. Y por si fuera poco también dejó a Ana con una deuda descomunal en el banco.</div><div align="justify"></div><div align="justify">No entiendo en qué tipo de mente podría caber tan meticuloso y perverso plan. ¿Qué tipo de persona es la que se atreve a quitarles todo a sus hijos y dejarlos a la buena de Dios?</div><div align="justify">Creí que estas cosas solamente pasaban en películas pero sucedió más cerca de lo que había imaginado: Ana es mi hermana.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Al principio pensé en mandar golpear al sujeto aquel ya que tengo los contactos y las posibilidades, finalmente no lo hice; confío en que el tiempo, la vida, Dios ponga todo en su lugar algun día.</div>Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-77889158282088006682008-10-17T16:59:00.004-03:002008-10-17T18:18:05.755-03:00EL miedo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK_smMMXOXQQGct-mgoNHPxFEOWmvOasR4D8OF5ICDB5CJVQxb5OXXPFEWVIbB0OaPadR8Q3dKZKa0AHF6ssznQwrRC65vCtLi7-HbgFsFXmfDF8EbQmeK13B_L5Ht3QhapTcuIA/s1600-h/Sofia+herrera.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5258215432221110546" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK_smMMXOXQQGct-mgoNHPxFEOWmvOasR4D8OF5ICDB5CJVQxb5OXXPFEWVIbB0OaPadR8Q3dKZKa0AHF6ssznQwrRC65vCtLi7-HbgFsFXmfDF8EbQmeK13B_L5Ht3QhapTcuIA/s320/Sofia+herrera.jpg" border="0" /></a> SOFIA HERRERA. 3 AÑOS<br /> Desaparecida en Tierra del Fuego<br /><br />No es un miedo más. Es un miedo tan intenso y tan profundo, tan absolutamente devastador, que apenas nos animamos a nombrarlo, aunque le demos a nuestros chicos todas las indicaciones necesarias para que nunca suceda. Es el miedo a que alguien se los lleve. El miedo a que desaparezcan. El miedo a buscarlos y no encontrarlos.<br />Es la madre de todos los miedos.<br /><br />Es, tal vez, aún más angustiante que el miedo a que un hijo muera. Porque implica el no saber, la duda absoluta, la impotencia total.<br />Sofía Herrera desapareció hace diecinueve días en Tierra del Fuego, y estoy segura de que sus padres, al igual que yo, pensaron que a ellos nunca les podía pasar algo así.<br />Pero pasa.<br /><br />Yo he perdido a mis hijos, por segundos o minutos, varias veces. El mayor se escapó siendo pequeño en un par de oportunidades y, para colmo, se escondió. El menor desapareció de mi vista una vez en el zoológico de Buenos Aires, colmado de gente. No lo voy a olvidar nunca. Deben haber pasado tres minutos entre que no lo ví y apareció. Tres minutos que sirvieron para que a mí se me desarmara el alma y volviera a recuperarla. Pero por una milésima de segundo, cada vez, pensé: ¿y si no lo encuentro? y la idea me parece tan inmensamente dolorosa que borro el pensamiento y me pongo a gritar su nombre.<br /><br />¡Es tan fácil llevarse a un chico! Una mínima amenaza para que se calle, un pequeño engaño, y por más enseñanzas que les hemos ofrecido, un niño puede irse con cualquiera. Sin ir más lejos, en las peores épocas de rabietas del mayor, me sucedió de tener que llevarlo alzado mientras me pegaba y gritaba como un desposeído. Nunca nadie me paró para preguntar si ése era mi hijo, o dudó de la situación. Y yo he visto a cantidad de madres viviendo lo mismo, y nunca le avisé a alguien que tal niño parece incómodo con tal mujer y trata de zafarse. Nadie me haría caso.<br /><br />Los consejos para que hechos así no sucedan los conocemos todos. Pero igual pasa.<br /><br />Más allá de que mis hijos nunca están solos en lugares públicos (Sofía tampoco estaba sola), hay situaciones que yo no puedo controlar, y hay momentos en que soy una sola y ellos dos.<br /><br />De pequeños, por ejemplo, nunca les puse ropa o gorros con sus nombres. Siempre me pareció simpático ver a los chicos con las remeras que dicen sus nombres, pero en algún lugar leí que era una forma rápida de que un secuestrador se acerque a ellos: llamándolos por su nombre. Diciéndoles que los conoce.<br />Nunca subí fotos de ellos y no doy sus nombres. Son "el mayor" y "el menor".<br />Cuando paseamos, trato de que se vistan (ahora ya eligen su ropa) con colores llamativos para encontrarlos fácilmente entre otros chicos. Y siempre hago un repaso mental de lo que llevan puesto, por si tengo que describirlos.<br />Por supuesto, siempre les dije que no hablaran con extraños, que no se fueran con extraños, que no aceptaran nada de extraños. Y que si se perdían, se quedara en el lugar porque yo los iba a encontrar. Que no aceptaran irse con el guardia del lugar o con la policía. Que dijeran que la madre los va a encontrar allí.<br />¿Pero cuánto valor tiene la palabra de un niño? ¿Quién le haría caso?<br /><br />También me mentalizo para que, en caso de perderlos, actuar rápidamente y en forma inteligente (que es lo más difícil). Gritar su nombre, hacer escándalo, que todo el mundo se dé cuenta de que falta un niño, pedir que cierren las puertas si estamos en un supermercado o un shopping. Pero, ¿quién lo haría? La gente de seguridad primero intenta tranquilizarte, no creo que jamás aceptaran cerrar las puertas (¿y si después alguien les hace juicio por retención ilegal o abuso de poder?), y hasta que realmente creen que el chico se perdió, se pierden los segundos más valiosos.<br /><br />No hay salida. Cuando sucede, sucede. No podemos encerrarnos en nuestras casas y no podemos privar a los chicos de correr un poco, de jugar, de ser independientes.<br /><br />Desde este espacio, me sumo a la búsqueda de Sofía.<br /><br />Y sigo pensando que a mí no me pasará, porque caso contrario, no podría vivir.Verónica Sukaczerhttp://www.blogger.com/profile/09991853971222923579noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-67015768816639749702008-09-29T12:09:00.003-03:002008-09-29T12:40:58.792-03:00No todo es lo que parece<p>A veces nuestros pequeños, con toda la inocencia del mundo suelen hacer comentarios que nos meten en problemas, y no porque lo hagan a propósito, simplemente dicen las cosas de manera tan simple que dan a imaginar más de lo debido a los adultos que los escuchan.<br /><br /><strong>1.</strong> En una ocasión iba yo saliendo de la casa de mi madre y pasó un vecino (señor de aproximadamente 60 años) en una moto (en ese entonces le llamaban mucho la atención las motos a Angela):</p><p align="justify"><br />Señor de la moto:<br />"Buenos días"<br /><br />Yo:<br />"Buenos días"<br /><br />Angela:<br />"¿Porqué te saludó ese señor mamá?"<br /><br />Yo:<br />"Porque me conoce, es vecino de tu abuelita"<br /><br />En la noche ya estábamos cenando los tres juntos: Angela, su papá y yo. Todo estaba silencioso cuando Angela dejo escapar el siguiente comentario a manera de presunción: </p><p align="justify"><br />"Mi mamá tiene un amigo con moto" </p><p align="justify"><br />Está de más explicar la mirada fulminante que me dirigió mi marido y la serie de explicaciones que tuve que dar. </p><p align="justify"><br /><br /><strong>2.</strong> En otra ocasión yo me encontraba haciendo cuentas con ayuda de una calculadora:</p><p align="justify"><br />Angela:<br />“Mamá, ¿qué haces?”<br /><br />Yo:<br />Sumando<br /><br />Angela:<br />“Yo también quiero”<br /><br />Le di la calculadora en cuanto la desocupé y se puso a “sumar”<br />Tiempo después estábamos en casa de mi madre, casualmente también estaba haciendo cuentas con ayuda de una calculadora.<br /><br />Angela:<br />“Abuelita, quiero fumar”<br /><br />Abuela:<br />(sorprendida y molesta)<br />“¿Qué es lo que quieres?”<br /><br />Angela:<br />“Fumar como mi mamá”<br /><br />Abuela:<br />“¿Tu mamá fuma enfrente de ti?”<br /><br />Angela:<br />“Sí, en la casa”<br /><br />Mi madre me dirigió una mirada asesina, estaba a punto de regañarme cuando Angela intervino:<br /><br />Angela:<br />“¿Entonces sí me prestas tu calculadora abue? Para hacer cuentas y fumar como mi mami y como tú”<br /><br />Con eso se alcaró todo el mal entendido pero el susto nadie nos lo quita.<br /><br /><br /><strong>3.</strong> (y más reciente) Ahora que entré a trabajar me salgo de la casa a las 6:20 de la mañana, a esa hora aún no amanece. Desde hace poco Angela se levanta casi a la hora que me voy y me alcanzo a despedir de ella. Una vez me preguntó que porqué me voy de noche a trabajar, yo le aclaré que no es de noche, sino de madrugada y que cuando yo me iba faltaba poco para que el sol saliera.<br />Estábamos, nuevamente, de visita con la abuela.<br /><br />Angela:<br />“Abuelita, yo ya me levanto temprano”<br /><br />Abuela:<br />“¿Sí nena? Qué bueno”<br /><br />Angela:<br />“Sí abuelita, me levanto cuando todavía es de noche y mi mamá se va”<br /><br />Esta vez no hubo mal entendido pero le sacó la risa a la abuela, por la cantidad de interpretaciones que se le puede dar a lo que mi Angela dice.<br /><br />¿Se dan cuenta de que estas cosas solamente suceden cuando estamos con mi madre o mi marido? Eso de que no lo hacen a propósito empiezo a dudarlo.<br /></p>Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17178347.post-77543087649125371012008-08-31T00:23:00.004-03:002008-08-31T01:00:13.661-03:00Intuición infantil<div align="justify">Muchas mujeres hacemos alarde de nuestra intuición femenina; un tercer ojo que ve detrás de las paredes, dentro de cada cráneo y dentro del corazón más hermético. He escuchado decir que "una madre todo lo sabe", y lo creo. Sabemos cuando nuestros hijos están tristes, cuando están particularmente contentos, cuando tienen miedo.<br /><br />Seguramente nunca hemos tomado en cuenta que la intuición de nuestros hijos, su observación es a veces más meticulosa que la nuestra. Tal vez ellos sepan más que nosotros sobre lo que nos rodea.<br /><br />Cuando mi hija tenía aproximadamente un año, ya dormía a pierna suelta; se dormía temprano, dormía toda la noche, nada podía despertarla. Vivíamos los tres en un cuartito improvisado en la azotea de la casa de mis suegros, atravezábamos por algunos problemas económicos. Cierto día ya no pude aguantar las ganas de llorar, después de dormir a Angela dejé salir las lágrimas, en silencio para no hacer ruido. Repentina y extrañamente Angela despertó y lloró junto conmigo. Simplemente no encuentro explicación alguna.<br /><br />Hace un año, 5 meses y 17 días que el padre de mi hija y yo estamos separados. Mientras resolvíamos si separarnos o no, le ofrecieron un puesto mejor en la empresa donde trabaja, sólo que ese puesto estaba en otra ciudad a 3 horas y media de aquí. La situación entre nosotros provocó que él no vacilara en aceptar el puesto.<br /><br />Me costó aprender a estar conmigo misma y con mi hija pero finalmente lo logré, incluso empecé a disfrutarlo infinitamente. La distancia nos ayudó a extrañarnos y recordar cuánto nos queremos; sin embargo ni la distancia ni el tiempo han hecho que yo me sienta segura de querer vivir nuevamente con él. Aún así, lo intentaré.<br /><br />Hoy regresa, y me da la impresión que no regresa el mismo que se fue. Acordamos no decirle a Angela para que sea sorpresa. Pero mientras yo estoy muerta de miedo y de incertidumbre por lo que pasará, por lo que no pasará, Angela está particularmente contenta y no puede dormir, como si supiera que hoy a la media noche llega su padre, y que llega para quedarse.<br /><br />No dudo que en el fondo sepa.<br /><br />Escribo este post en vivo, mientras lo esperamos; las lágrimas me hacen ver borroso lo que escribo y Angela está distraida con la televisión, pero no dudo que que se haya dado cuenta de que estoy llorando y no me dice nada para no desconcertarme.<br /><br />Hoy mientras estemos durmiendo (si es que logramos dormir) llegará Él. Cuando despertemos ya nada será igual a hoy, ni siquiera igual que antes de que se fuera. Y Angela... ella lo sabe.</div>Gabrielahttp://www.blogger.com/profile/05617954257281383159noreply@blogger.com4