29 septiembre, 2008

No todo es lo que parece

A veces nuestros pequeños, con toda la inocencia del mundo suelen hacer comentarios que nos meten en problemas, y no porque lo hagan a propósito, simplemente dicen las cosas de manera tan simple que dan a imaginar más de lo debido a los adultos que los escuchan.

1. En una ocasión iba yo saliendo de la casa de mi madre y pasó un vecino (señor de aproximadamente 60 años) en una moto (en ese entonces le llamaban mucho la atención las motos a Angela):


Señor de la moto:
"Buenos días"

Yo:
"Buenos días"

Angela:
"¿Porqué te saludó ese señor mamá?"

Yo:
"Porque me conoce, es vecino de tu abuelita"

En la noche ya estábamos cenando los tres juntos: Angela, su papá y yo. Todo estaba silencioso cuando Angela dejo escapar el siguiente comentario a manera de presunción:


"Mi mamá tiene un amigo con moto"


Está de más explicar la mirada fulminante que me dirigió mi marido y la serie de explicaciones que tuve que dar.



2. En otra ocasión yo me encontraba haciendo cuentas con ayuda de una calculadora:


Angela:
“Mamá, ¿qué haces?”

Yo:
Sumando

Angela:
“Yo también quiero”

Le di la calculadora en cuanto la desocupé y se puso a “sumar”
Tiempo después estábamos en casa de mi madre, casualmente también estaba haciendo cuentas con ayuda de una calculadora.

Angela:
“Abuelita, quiero fumar”

Abuela:
(sorprendida y molesta)
“¿Qué es lo que quieres?”

Angela:
“Fumar como mi mamá”

Abuela:
“¿Tu mamá fuma enfrente de ti?”

Angela:
“Sí, en la casa”

Mi madre me dirigió una mirada asesina, estaba a punto de regañarme cuando Angela intervino:

Angela:
“¿Entonces sí me prestas tu calculadora abue? Para hacer cuentas y fumar como mi mami y como tú”

Con eso se alcaró todo el mal entendido pero el susto nadie nos lo quita.


3. (y más reciente) Ahora que entré a trabajar me salgo de la casa a las 6:20 de la mañana, a esa hora aún no amanece. Desde hace poco Angela se levanta casi a la hora que me voy y me alcanzo a despedir de ella. Una vez me preguntó que porqué me voy de noche a trabajar, yo le aclaré que no es de noche, sino de madrugada y que cuando yo me iba faltaba poco para que el sol saliera.
Estábamos, nuevamente, de visita con la abuela.

Angela:
“Abuelita, yo ya me levanto temprano”

Abuela:
“¿Sí nena? Qué bueno”

Angela:
“Sí abuelita, me levanto cuando todavía es de noche y mi mamá se va”

Esta vez no hubo mal entendido pero le sacó la risa a la abuela, por la cantidad de interpretaciones que se le puede dar a lo que mi Angela dice.

¿Se dan cuenta de que estas cosas solamente suceden cuando estamos con mi madre o mi marido? Eso de que no lo hacen a propósito empiezo a dudarlo.

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