
- Es hermosa, muy hermosa. Extraño los bebes.
- Sí, increíble.
- ¿qué pensás?
- que quiero uno.
Recibí las fotos de mi sobrina nueva, y no pude hacer otra cosa que maravillarme de esa belleza chiquitita, nueva, llorona. En un momento no pude sino extrañar esos momentos de bebés mínimos que ahora están 10 años lejos.
Si tuve una beba hermosa a los casi 16, ¿¿¿por qué no a los casi 42, eh????. Así estábamos mirando las fotos y él conteniéndo mis ímpetus hasta que llega Laura y me dice mirando la prima nueva:
- má es hermosa!
- sí, ¿no? (tanteando, creo)
- sí (Me mira. Me conoce), ¿no te gustaría que Lu tuviera un hijito?, decile vos...a mi me gustaría...
- ah! pero yo había pensado mejor tener yo un bebé...¿no te gustaría un hermanito?
- Sos re-vieja vos má!!! vos? si ni siquiera me dejás tener un perro, "¿quién lo va a cuidar?" me decís siempre. Peor un bebé. No, no quiero ningún hermanito
Juan que se asomó oportunamente a ver las fotos que su padre y yo mirábamos, y todavía andaba por allí revoloteando, escuchando todo lo que sucedía dio su lapidaria y oclusiva opinión.
- Laura, acá el hermanito sos vos. ¿no, che, ustedes??