14 junio, 2006

teología cromática

Llegando en taxi a la escuela (¿hace falta aclarar que tarde?)

Madre: —Siempre cuando estoy a punto de salir me doy cuenta que me falta algo...

Niño: —Viste. Al final siempre se sufre. En los partidos de fútbol, en casa, siempre cuando estás a punto de terminar, sufrís.

Taxista: —Pero cómo ¿vos sufriste con el partido? Si ganamos cómodos...

Niño: —Ganamos porque Dios es argentino. (Ostensible carcajada de la Madre.) ¡Claro, si donde él vive el cielo es celeste y las nubes son blancas!

Madre: —Ah, por eso

Niño: —Y también es de Boca. Porque el cielo es azul y el sol amarillo

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La lógica de tu hijo es irrefutable. Por lo de los colores y por saber de pequeño que siempre se sufre.

jovialiste dijo...

No hay por qué sufrir psíquicamente. Es una respuesta introyectada por la sociedad que da por descontado que si hay dolor físico también debe haber uno correlativamente psíquico, y estabilizada, ratificada (no vaya a ser que desaparezca el dolor psíquico), por mensajes antiperturbaturios como el precedente, que lo dan por data sine qua non.

Anónimo dijo...

La teoría de los colores de Goethe no sabría que contestar a tal afirmación
cuac!

Unknown dijo...

hola, te convido a leer mis poesias; www.largocaminodelolvido.blogspot.com, es la direccion y si estas o estuviste enamorada me interesa tu opinion.

Bataclana dijo...

que buena observación la del niño!! jajajajajaj MUY OCURRENTE!!!
Besos

Alfonsina dijo...

Genial!!! Dios, que bueno seria no perder ESO que tienen los nignos de "ver" todo tan claramente

Ana C. dijo...

Natalix, tu hijo es un artista!

Anónimo dijo...

...Y ahi saltaria mi marido retrucando: De Boca no, de Central!!!